Más de 400 "rebeldes" en 27 países, activistas de Extinction Rebellion, han iniciado una huelga de hambre colectiva para protestar contra la falta de acción climática. La protesta, que tendrá una semana de duración, para destacar el impacto "devastador" sobre los suministros mundiales de alimentos que supone la crisis climática y ecológica.

En España, miembros de Extinction Rebellion de Barcelona, Jaén, Madrid y Vigo se han unido a la huelga de hambre y permanecerán en ayuno al menos una semana. De ellos, seis de los huelguistas, los de Barcelona, han acudido al Palacio de la Generalitat para resaltar la determinación de sus acciones ante el gobierno regional.

Mientras, en Estados Unidos, miembros de la organización en Washington han ocupado la oficina de la portavoz de la Cámara en el Congreso, Nancy Pelosi; los "rebeldes" en Londres (Reino Unido) se manifestaron este lunes ante la sede de los principales partidos políticos.

En este contexto, recuerdan que, según estima el Gobierno, España tiene riesgo de que el 80 por ciento del territorio esté desertizado en 2100, lo cual implicaría que España se encontraría entre los países del mundo que sufren hambrunas de manera regular que, junto a otros muchos otros países desarrollados, incrementarían la tasa de personas que pasan hambre a nivel global.

Para Extinction Rebellion, no hay mayor crimen que no responder ante una crisis ecológica y civilizatoria que, en caso de seguir su curso, va a suponer la muerte de miles de millones de personas, si no la extinción completa de la especie humana, además de la "extinción irreemplazable" de millones de especies, que podría tener unas consecuencias impredecibles para la vida en la Tierra, por las complejas interrelaciones ecosistémicas.

Los huelguistas y la organización piden al los Gobiernos que digan "la verdad" de la emergencia climática y ecológica y trabajen con otras instituciones para comunicar la urgencia del cambio. Además, ER exige a los gobiernos que actúen "ahora" para detener la pérdida de biodiversidad y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a cero neto para 2025 y que creen una Asamblea ciudadana asesorada por personas expertas, centradas en justicia climática ecológica.