Ordesa y el Monte Perdido cumplen hoy cien años desde que en 1918 fueron declarados Parque Nacional y se convirtieron en el segundo enclave con la máxima protección ambiental en España, después de que Picos de Europa fuera declarado un mes antes.

El enclave cuenta con 15.605 hectáreas, una superficie periférica de protección de 19.196,36 hectáreas y afecta a un área de influencia socieconómica de 89.290 hectáreas y forma parte de la unidad fisiográfica del macizo de Monte Perdido, la montaña calcárea más alta de Europa, con 3.355 metros.

Precisamente, la característica principal de su paisaje es la sucesión de crestas, agujas, valles y cañones que muestran el vigor y energía de las fuerzas que intervinieron en su formación y la juventud aparente de su relieve. Sin embargo, existe un constatado equilibrio entre las formas abruptas debidas a la acción glaciar y las aplanadas, que se deben a los fenómenos erosivos periglaciares.

En cuanto a la fauna que lo habita, el Organismo Autónomo Parques Nacionales señala que cuenta con una amplia muestra de la fauna pirenaica, sobre todo de alta montaña y en el enclave hay presencia de seis especies de anfibios, ocho de reptiles, dos de peces, 65 de aves nidificantes y 32 de mamíferos.

Entre ellas destaca el quebrantahuesos, el águila real, la chova piquigualda, el buitre leonado y en sus aguas frías de ríos, arroyos e ibones de montaña viven las abundantes truchas o el endémico tritón de los Pirineos y en 1990 se describió por primera vez a la rana pirenaica. Entre los mamíferos destacan marmotas y manadas de sarrios y el parque fue el hogar del bucardo, hasta su extinción a finales del siglo XX.

Con motivo del centenario, la organización Ecologistas en Acción denuncia que el Parque Nacional apenas aporta un 8 por ciento de la superficie protegida de los parques de montaña en España, una representación que califica de "exigua" si se tiene en cuenta su emplazamiento en una cordillera lineal.

Por ello, el portavoz de la ONG Mariano Polanco reclama que se amplíe su extensión e incremente la conservación de este enclave tras cuestionar la gestión durante estos cien años de protección legal, frente a una celebración del centenario "intrascendente" y basada en el "jolgorio" y "derroche" que no aportan ningún beneficio al Parque Nacional.

Recientemente, la comunidad autónoma de Aragón ha descartado la ampliación del parque oscense por considerar que no es una demanda del territorio, una postura que para Polanco es "injustificable" y "vergonzosa".

Al respecto, lamenta esta posición que desdeña las conclusiones de un estudio encargado por el Organismo Autónomo Parques Nacionales al catedrático Eduardo Martínez de Pisón, en el que describe el extenso patrimonio natural limítrofe con Ordesa y la necesidad de su protección, proponiendo la protección de las 63.300 hectáreas comprendidas entre la alta cuenca de río Gállego y el Valle de Barrosa.

Sobre los resultados de la gestión del Parque, la ONG denuncia que bajo la figura de Parque Nacional en estos cien años se ha extinguido el bucardo, ha desaparecido el urogallo y apenas hay agricultura de montaña, mientras que la ganadería extensiva en la zona está "en estado crítico" y hay una avance de la matorralización "muy preocupante".

Así, Ecologistas en Acción lamenta que a los gobernantes aragoneses "solamente les interese la mercantilización" del Parque de Ordesa mientras dejan relegada a un segundo plano su protección, ampliación y el desarrollo rural de las zonas de influencia. "El Gobierno de Aragón no entiende que la fragilidad del Parque debido a su poca extensión es lo que le hace más vulnerable a estos peligros", concluye Polanco.

En la actualidad, además de Ordesa y Monte Perdido, España cuenta con más de 2.000 espacios que cuentan con algún tipo de protección, lo que representa el 30 por ciento de la superficie nacional. De este territorio, los 15 Parques Nacionales suponen el 0,76 por ciento del territorio nacional y cuentan con su propia ley declarativa.

La Ley de Parques Nacionales establece que están prohibidas en estos enclaves la pesca deportiva y recreativa, la caza deportiva y comercial, la tala con fines comerciales, así como la urbanización y edificación, excepto en los núcleos urbanos ya existentes en Monfragüe y Picos de Europa.