El lugar más feliz de la Tierra. Un paraíso familiar donde imperan la alegría, la fantasía, la magia y la diversión. Pero no es exactamente así. Por lo menos para sus trabajadores. Más del 85% de los empleados del parque Disney de Anaheim (California), la mítica Disneylandia creada por la compañía en los años 1950, cobran menos del salario mínimo establecido en 15 dólares (12,9 euros) la hora, y las tres cuartas partes afirman tener problemas para llegar a final de mes.

Estos vergonzosos datos de una empresa que está obteniendo ingentes beneficios proceden de una encuesta online realizada entre la plantilla del recinto por la universidad privada Occidental College y la organización sin ánimo de lucro Mesa Redonda Económica de Los Angeles en la que se ha basado el informe de 125 páginas presentado en febrero Trabajando para el ratón (referencia a Mickey Mouse), que además de los bajos salarios denuncia una situación generalizada de falta de vivienda, inseguridad alimentaria, horarios de trabajo en constante cambio y largos desplazamientos diarios.

Más del 85% del personal cobra menos del salario mínimo y un 10% ha perdido su casa

Más datos procedentes de las respuestas de los trabajadores: un 10% de ellos se han encontrado sin hogar en algún momento de los últimos dos años, dos tercios aseguran no ganar suficiente para poder hacer tres comidas al día, cuando muchos de ellos se dedican a servir toneladas de alimentos a los visitantes cada día, solamente un 54% trabaja en el complejo a tiempo completo y únicamente el 28% está sujeto al mismo horario cada semana. El 43% afirmó necesitar, pero no poder costearselas, atenciones dentales, y para poder encontrar una vivienda asequible a sus posibilidades, más de un tercio tienen que invertir al menos una hora en cada trayecto a o desde el trabajo.

Unos 5.000 de los 30.000 empleados del famoso parque temático californiano –que incluyen manipuladores de alimentos, camareros, estilistas, personal de atención al cliente, fabricantes de dulces, guardias de seguridad, conserjes, trabajadores de hoteles, dependientes, carteros, músicos, titiriteros, cantantes y bailarines, representando todas las franjas de edad, categorías laborales y antigüedad en la empresa– contestaron al cuestionario de 50 preguntas que les fue planteado por los investigadores.

Y sorprende de sus respuestas que “un 80% de los trabajadores de Disneylandia afirmaron estar orgullosos del trabajo que hacen, pero la mayoría se siente poco respetada y mal pagada" por la que es la 22ª corporación empresarial más rentable de Estados Unidos, destaca el coautor del estudio Peter Dreier, profesor del Occidental College.

31 millones de euros para el CEO

Efectivamente, no será porque la empresa no gane dinero. Según el informe, aumentar el sueldo a 20 dólares (17,22 euros) la hora requeriría menos del 6% de los ingresos anuales del parque, que en 2016 superaron los 3.000 millones de dólares (2.584 millones de euros al cambio actual). Desde el año 2000, los sueldos en Disneyland han subido un 26% mientras el coste de la vida en el condado de Orange (donde el parque es el primer empleador) ha aumentado un 49% y el coste de la vivienda, un 79%. Simultáneamente, tan solo durante la última década, el número de visitantes creció un 21% y el precio de las entradas, un 59%.

Algunos trabajadores, el 40% de los cuales tiene más de 30 años (y uno de cada cinco, más de 54 años), cobran incluso menos de 11 dólares (9,5 euros) la hora pese a llevar más de 15 años en la empresa. Pero no todos están tan mal. Los emolumentos medios del grupo de los cinco principales ejecutivos de Disney superaron los 80 millones de dólares en 2016 (68,9 millones de euros al cambio actual) y el año pasado, el director ejecutivo Robert Iger se tuvo que apañar con 36,3 millones (31,2 millones de euros). 

Si estas son las condiciones de trabajo en el más antiguo y emblemático parque Disney, cabe pensar en que no serán mejores en los otros del grupo, el Disney World de Orlando (Florida), que es el mayor de todos ellos (y el mayor recinto de su tipo del mundo), el Eurodisney de París y los existentes en Hong Kong, Shanghai y Tokio. En efecto, según la organización Jobs with Justice (empleos con justicia), la situación se repite en Orlando: “Los salarios en Walt Disney World son un 68% más bajos que el promedio nacional”, llegando a ser de 13.000 dólares (11.000 euros) al año cuando, según Forbes, la marca está valorada en 180.000 millones (es una de las 10 más valiosas del mundo) y el año pasado ingresó cerca de 9.000 millones de dólares (7.700 millones de euros). 

En fábricas chinas proveedoras hubo niños trabajando 79 horas semanales

Respecto al parque europeo, donde trabajan más de 15.000 personas, los sindicatos franceses denunciaron hace años la que consideraban una gestión de los recursos humanos "humillante y degradante" y convocaron una huelga con motivo del 20 aniversario del recinto en 2012. En 2011 el comité de empresa había tenido que instaurar un sistema de cupones de alimentos para los empleados de menores salarios.

Pero los trabajadores de los parques Disney en el primer mundo no son los que sufren peores condiciones laborales. Peor aún están los empleados de las fábricas chinas proveedoras de todo tipo de productos para sus tiendas, en las que los grupos de vigilancia de las condiciones laborales del país, como la ONG estadounidense China Labour Watch (CLW), detectaron bajos salarios, altas tasas de lesiones y riesgos para la salud por la exposición a productos químicos y polvo, así como "horarios de trabajo de 12 a17 horas por día, siete días a la semana, sin parar durante meses". En dos fábricas proveedoras de juguetes para Disney, niños como los destinatarios de su producción, aunque bastante menos afortunados, trabajaban desde los 14 años hasta 79 horas a la semana por sueldos de miseria, según denunció CLW en 2010. 

Walt Disney, creador de este imperio del entretenimiento fallecido en 1966, un personaje de convicciones políticas extremadamente conservadoras, afirmó que "se puede diseñar, crear y construir el lugar más maravilloso del mundo" pero que “hace falta gente para hacer realidad el sueño". A él mismo, o a sus sucesores, se les olvidó añadir que esa gente quedaría excluida del sueño que contribuiría a crear.