Lonely Planet ha publicado por primera vez en español su guía sobre la Antártida, que ofrece la información necesaria para llegar a este continente helado y conocerlo a fondo, con mapas detallados, información en profundidad sobre todas las zonas y cientos de consejos de expertos viajeros.

Además de poder conocer la historia y descubrir la fauna de la Antártida, el lector encontrará en el primer capítulo, un total de 15 experiencias que, según el criterio de los autores de la guía, que no debería perderse en su viaje a la Antártida.

Entre estas experiencias, destaca la observación de pingüinos, desde el pequeño pingüino adelaida, con esmoquin, y el de penacho (macaroni), hasta el más grande del mundo, el elegante emperador, cuyos hábitats son el mar, el hielo y la costa. Verlos salir del agua o deslizarse por el hielo como si fuera un tobogán es todo un espectáculo.

Además de los pingüinos, los autores aconsejan el avistamiento de ballenas durante su migración en el océano Antártico. Junto a la orilla helada además puede haber manadas de orcas en plena caza.

Visitar bases de observación

También consideran importante visitar varias bases, como la de Amundsen-Scott, una base de alta tecnología rodeada de equipos de observación astrofísica de vanguardia (incluido un detector de neutrinos enterrado a unos 1.900 metros bajo el hielo), cuyo nombre rinde homenaje a los exploradores Roald Amundsen y Robert F. Scott, que llegaron por primera vez al Polo Sur hace 100 años, durante la época heroica de las expediciones antárticas.

Igualmente, recomiendan la visita a la Base McMurdo, también conocida como Mac Town, la base más grande de la Antártida, operada por Estados Unidos, y que es para muchos el punto desde el que avanzar hacia el interior.

Entre las 15 experiencias también se encuentra la visita a la barrera de hielo de Ross, una impresionante capa de hielo que se alza en el mar de Ross. Su parte frente al mar es la más fina, de apenas 100 metros de espesor, pero tierra adentro, donde los glaciares se encuentran, el grosor alcanza los 1.000 metros. Esta barrera de hielo flotante tiene 520.000 kilómetros y formó parte de las rutas que tomaron Amundsen y Scott para llegar al polo Sur.

La práctica en kayak también está incluida en estas experiencias antárticas, así como visitas al cabo Evans, en la isla de Ross, la cabaña de Shackleton, Grytviken (Georgia del Sur), Puerto Paraíso, Isla Decepción, la Bahía de Charlotte y la isla Cuverville y el Cabo Denison, entre otros.