Las imágenes son estremecedoras. En la primera de ellas, el coche avanza por una carretera de montaña entre las laderas estos días nevadas de la sierra de Gredos, por la cual se desplaza también un lobo, sorprendentemente tranquilo pese a la presencia del vehículo. En la siguiente, sin dejar de avanzar por la vía de circulación, el animal se ha aproximado al arcén izquierdo cuando el automóvil se halla ya a unos pocos metros de su lomo. En una tercera, el lobo está muerto, tendido sobre el asfalto, mientras unas manchas de su sangre tiñen de rojo la nieve acumulada bajo el guardarraíl.

Que el atropello fue deliberado ya es perfectamente apreciable en las fotografías, pues el coche siguió al cánido cuando este ya le dejaba libre el paso. Pero por si quedara alguna duda, acompañan a las cinco fotos difundidas a principios de semana las frases de la página de Facebook 'Gredos sin lobos' donde se publicaron: “un lobo atropellado entre Navarredonda de Gredos y San Martín de la Vega [del Alberche, ambos pueblos de la provincia de Ávila],“dep” [siglas de 'descanse en paz']”, seguido de un irónico “se le ve muy mansito al lobo”. Tras el inmediato estallido de la polémica, el perfil de la red social ha sido cerrado.

"Se le ve muy mansito. Descanse en paz", se publicó en la página 'Gredos sin lobos'

“Pedimos al SEPRONA (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil) y a la Junta de Castilla y León que investiguen los hechos y esclarezcan si se trata realmente de un atropello intencionado. Causar la muerte intencionalmente a una especie estrictamente protegida, como es el lobo en Ávila, constituye un delito que debe ser perseguida por las autoridades” anunció de inmediato el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, en sus siglas en inglés, la mayor organización conservacionista del mundo).

También el diputado de Unidos Podemos en el Congreso y portavoz de Equo, Juan López de Uralde, se mostró particularmente activo al conocer la noticia: “Un individuo ve un lobo por la carrretera, buscando un camino en medio de la nevada; lo atropella para presumir, y sube la hazaña a Facebook. Y estos hechos son impunes en España. Urge cambiar el código penal para que algo así sea considerado delito. Nos ponemos manos a la obra”, afirmó en las redes sociales.

Según el WWF, “el lobo se ha expandido en los últimos años al sur del río Duero, donde de acuerdo a la normativa europea es una especie estrictamente protegida. Sin embargo, desde su retorno, ha sufrido un acoso continuo, con numerosos casos de muertes ilegales pero también “legales”, puesto que todos los años la Junta de Castilla y León autoriza muertes “excepcionales” de ejemplares, una medida supuestamente orientada a reducir los ataques al ganado, pero que no ha demostrado su efectividad”. “Desde que llegó a Ávila hace más de 10 años, el lobo ibérico no ha logrado cruzar la sierra de Gredos, una evidencia clara de la persecución ilegal implacable a la que se le somete”, afirma el responsable de especies de WWF España, Luis Suárez.

No son las únicas imágenes donde aparece la muerte deliberada de un animal salvaje a manos de seres humanos aparecidas en las redes sociales en los últimos meses, una costumbre que parece estar poniéndose trágicamente de moda. A finales de noviembre se difundió el vídeo de un grupo de siete senderistas que golpeaban con palos y acababan despeñando a un jabalí en un estrecho camino de montaña.

Un animal imposibilitado

Mariano Torre, director del Parque Nacional de los Picos de Europa, confirmó que la grabación se registró en la Ruta de la Garganta del Cares, en la parte de la misma que pertenece a Asturias. Según Torre, el animal ya debía de haberse despeñado anteriormente: "En el vídeo se nota que está imposibilitado, porque si estuviera bien se habría defendido, habría huido o atacado”, señalaba. Debido a la mala calidad de las imágenes, la Guardia Civil no ha logrado todavía identificar a los responsables.

Y esta misma semana generaba otra oleada de indignación en los medios el vídeo que se hizo viral de un hombre golpeando y ahogando a un jabalí caído en un canal de riego, en un lugar y una fecha todavía no determinados. La Guardia Civil difundió un mensaje en Twitter en el que solicita la colaboración ciudadana para identificar al energúmeno autor de la agresión, de la que se jacta mientras la comete, según se aprecia en sus comentarios captados por el audio. La identidad del desaprensivo pudo ser dilucidada poco tiempo después.

El atropello intencionado del lobo en Gredos es, esperemos, una rara excepción en un contexto masivo de miles incidentes de tráfico que cuestan cada año la vida a ejemplares de fauna salvaje, que aunque no son deliberados, sí responden a la falta de sensibilidad respecto al tema y la velocidad excesiva de los conductores, a los que en no pocas ocasiones estos percances también causan daños personales e incluso la muerte.

Los vehículos matan cada año a miles de millones de necesarios insectos polinizadores

Los más de 300.000 kilómetros de la red viaria española son el escenario anual de una masacre de millones de animales de todo tipo, entre los que el año pasado se contaron 21 linces ibéricos, miembros de la especie de felinos más amenazada del planeta.

El mayor estudio realizado sobre esta materia, publicado en 2004 tras más de veinte años de recogida de datos, concluyó que cada año pierden la vida bajo las ruedas de los coches unos 30 millones de vertebrados: 9 millones de anfibios, 4 de reptiles, 12 millones de aves y 5 millones de mamíferos, y hablamos únicamente de animales salvajes. La cifra incluyendo los domésticos sería enormemente superior.

Unos 400 voluntarios (estudiantes, agricultores, veterinarios y otros colectivos profesionales) se dedicaron a recorrer diariamente a pie un tramo determinado de carretera y apuntar todos los casos de animales muertos con que se toparon para facilitar los datos a la Sociedad para la Conservación de los Vertebrados.

Si extendemos los cálculos sobre las afectaciones de tráfico sobre la fauna a los invertebrados, los números, incalculables, se disparan a los miles de millones de individuos: basta con fijarse en el parabrisas y el frontal de los coches al final de un recorrido por fuera de las áreas urbanas. Intentaron hacer una aproximación estadística sobre esta materia científicos de la Universidad Laurentiana en Sudbury (Canadá), cuyas conclusiones de hace unos pocos años alertaron del peligro de la carretera para los imprescindibles insectos polinizadores.

Los investigadores documentaron la mortalidad en carretera de insectos polinizadores en un tramo de 2 kilómetros de longitud de la autovía 69/400, que forma parte de la autopista Trans-Canadá a su paso por la provincia de Ontario. Entre los meses de mayo y agosto de 2012 y 2013 realizaron un total de 235 transectos recolectando todos los insectos muertos por colisión que encontraron en este sector de la vía rápida.

Los resultados obtenidos, en su estimación más conservadora, son de 47,3 insectos polinizadores muertos por kilómetro de vía y día durante el periodo de estudio, lo que supone la sombrosa cifra de 43.856.560.000 lepidópteros, himenópteros y dípteros muertos por colisiones con vehículos cada verano en América del Norte. Y "si perdemos 9 mil millones de mariposas, eso tiene que tener un impacto sobre el medio", subraya James Baxter-Gilbert, estudiante de máster en aquel momento y uno de los responsables de la investigación.