Una nueva versión del siniestro nuclear más severo de la historia, publicada en la revista Nuclear Technology –una publicación oficial de la Sociedad Nuclear Americana–, ha sido elaborada por investigadores de la Agencia Sueca de Investigación de Defensa, el Instituto Meteorológico e Hidrológico de Suecia y la Universidad de Estocolmo.

Estos expertos plantean la hipótesis de que el primer evento explosivo fue un chorro de desechos expulsados a grandes altitudes por una serie de explosiones nucleares dentro del reactor. Esto fue seguido, en tres segundos, por una explosión de vapor que rompió el reactor y envió más restos a la atmósfera a altitudes más bajas.

La teoría se basa en un nuevo análisis de isótopos de xenón detectado por científicos del V.G. Khlopin Radium Institute, en Leningrado, cuatro días después del accidente, en Cherepovets, una ciudad al norte de Moscú, lejos de la principal vía de escombros de Chernóbil.

Estos isótopos fueron el producto de la fisión nuclear reciente, lo que sugiere que podrían ser el resultado de una reciente explosión nuclear. Por el contrario, los principales restos de Chernóbil que siguieron hacia el noroeste hasta Escandinavia contenían isótopos de xenón de estabilidad del núcleo del reactor.

Mediante la evaluación de las condiciones meteorológicas de toda la región en el momento, los autores establecieron también que los isótopos de xenón recientes en Cherepovets fueron el resultado de escombros inyectados en altitudes mucho más elevadas que los escombros de la ruptura del reactor fueron a la deriva hacia Escandinavia.

Derretir una placa de dos metros de espesor

Las observaciones del tanque del reactor destruido indicaron que la primera explosión causó temperaturas lo suficientemente altas como para derretir una placa inferior de dos metros de espesor en parte del núcleo. Tal daño es consistente con una explosión nuclear. En el resto del núcleo, la placa inferior estaba relativamente intacta, aunque había disminuido en casi cuatro metros. Esto sugiere una explosión de vapor que no creó temperaturas lo suficientemente altas como para derretir la placa, pero generó suficiente presión para empujarla hacia abajo.

El autor principal y físico nuclear retirado de la Agencia de Investigación de Defensa de Suecia, Lars-Erik De Geer, señala: "Creemos la mediación de neutrones térmicos en las explosiones nucleares en la parte inferior de un número de canales de combustible en el reactor provocó el disparo hacia arriba de un chorro de escombros a través los tubos de reabastecimiento de combustible. Este chorro entonces embistió los tapones de 350 kilogramos de los tubos, continuando a través del techo y viajando a la atmósfera a altitudes de 2,5-3 kilómetros donde las condiciones climáticas proporcionaron una vía hacia Cherepovets. La explosión de vapor que rompió el recipiente del reactor se produjo unos 2,7 segundos más tarde".

Las mediciones sísmicas y el informe de un testigo ocular de un destello azul sobre el reactor unos segundos después de la primera explosión también respaldan la nueva hipótesis de una explosión nuclear seguida de una explosión de vapor. Este nuevo análisis proporciona información sobre el desastre y puede ser potencialmente útil para evitar que ocurran incidentes similares en el futuro, según los autores.