La Fundación Artemisán ha creado el grupo de discusión caza y conservación que defiende el deporte cinegético como una herramienta de gestión de los espacios naturales de forma sostenible y que puede contribuir a frenar la despoblación.

En el grupo de trabajo han participado 14 científicos de universidades y centros de investigación que han insistido en la importancia de la caza como herramienta de gestión de los espacios naturales y que presentaron sus principales líneas de trabajo que incluyen especies de caza menor (perdiz, conejo de monte, tórtolas, etcétera), hasta mayor (ciervo, jabalí, cabra montés, etcétera) en sus vertientes más variadas, como biología; ecología; carne de caza; siniestralidad vial causada por especies silvestres; ganadería extensiva y especies cinegéticas; sanidad animal.

El grupo de expertos ve "imprescindible" la gestión cinegética para la sostenibilidad y biodiversidad de los espacios naturales, al margen de su capacidad para generar empleo y riqueza en entornos rurales en los que existe un serio peligro de despoblación.

Piden más implicación de los cazadores

Respecto al cazador, le consideran como un "elemento esencial" para el estudio y monitorización de ciertas especies, gracias a la recogida de datos sobre el terreno que favorecen la realización de estudios científicos.

En este sentido, los investigadores han pedido más implicación de los cazadores para aplicar los conocimientos científicos y promover la caza de calidad frente a la cantidad y han instado a mejorar la comunicación para mostrar "mejor" a la sociedad la contribución de la caza.

La Fundación Artemisán destaca que los estudios científicos avalan la caza como "indispensable para la propia sostenibilidad de los ecosistemas y hábitats, el crecimiento sostenido de las especies y la convivencia entre ganadería, agricultura y fauna silvestre".

Juicio contra activistas de Lobo Marley

Por otro lado, no piensan lo mismo naturalistas como Luis Miguel Domínguez y otros cuatro miembros de la asociación Lobo Marley que hoy afrontan un juicio en la Sección de lo Penal número 1 de los Juzgaos de Zamora celebra en vista oral acusados de destrozar varias caseta de caza de lobos en el término de Figueruela, de la provincia castellano y leonesa.

Para el gestor de caza de estas casetas, estos presuntos destrozos son constitutivos de un delito continuado de daños, por los que reclaman a los cinco acusados la pena de dos años y seis meses de cárcel, que asuman las costas del procedimiento y doce euros diarios de multa durante 18 meses. En total, hay tres partes acusadoras: el citado particular, la Fiscalía y la Junta de Castilla y León. Además, el propietario de las casetas también reclama que les indemnice con 5.323,14 euros por "la imposibilidad de llevar a cabo la actividad cinegética".

El naturalista Luis Miguel Domínguez ha achacado esta imputación a que "la acción de Lobo Marley ha evitado que ganaran el dinero que esperaran con las 'casetas de la muerte'".

"Hemos puesto el dedo en la llaga del negocio que hay montado en torno a la caza del lobo. Las personas que utilizan esas casetas pueden pagar en torno a 10.000 o 15.000 euros por matar a un lobo", critica.

El naturalista ha lamentado que "se esté matando al lobo ibérico de manera ilegal con sistemas como el cebo, prohibidos por la ley de Castilla y León para cazar animales". También asegura que quién debería estar ante el juez es la Junta "para explicar cuántos lobos se matan de esa manera" y no ellos que lo denuncian.