Un nuevo estudio de los invertebrados marinos que viven en los mares alrededor de la Antártida revela que habrá más "perdedores" que "ganadores" durante el próximo siglo a medida que se caliente el fondo marino antártico, como se informa en un artículo sobre este trabajo que se publica este lunes en Nature Climate Change.

Un equipo de la British Antarctic Survey (BAS), de Reino Unido, examinó la distribución potencial de más de 900 especies de invertebrados marinos bajo un escenario de calentamiento producido por modelos informáticos. Los autores concluyen que, aunque algunas especies en ciertas áreas se beneficiarán, el 79% de las especies nativas de la región se perderán, lo cual tiene implicaciones importantes para la gestión de los recursos en la región.

Se pronostica un calentamiento promedio de 0,4 grados centígrados para 2099, y mientras que este calentamiento no será suficiente para permitir que cualquier especie de otros continentes vecinos invada o colonice la Antártida, hará que las únicas especies locales cambien su distribución. Más animales perderán el hábitat adecuado que los que ganarán, con los animales especialmente adaptados a las aguas más frías de la Tierra (por ejemplo, en el mar de Weddell y Ross) que perderán más.

Consecuencias dramáticas para la biodiversidad

Las áreas de la Península Antártica Occidental pueden llegar a ser demasiado calientes para muchas especies nativas. Los animales del fondo oceánico de la plataforma del Océano Austral han sido aislados durante mucho tiempo por el océano profundo que rodea a la Antártida y la Corriente Circumpolar Antártica, con escaso margen para la migración hacia el sur.

El autor principal, el doctor Huw Griffiths, de BAS, señala que "aunque algunas especies pueden prosperar al menos durante las primeras décadas de calentamiento, el futuro de toda una gama de invertebrados desde estrellas de mar a los corales es sombrío y no hay donde nadar, ningún sitio donde esconderse cuando se está asentado en el fondo del océano más frío y más meridional del mundo y se está haciendo más cálido por década".

A ello, el doctor Andrew Meijers, oceanógrafo de BAS, añade que "las aguas alrededor de la Antártida están aisladas, profundas y muy frías, pero no están más allá del alcance del cambio climático. Se prevé que las temperaturas del agua de los fondos marinos del Océano Austral se calienten en un promedio de 0,4 grados durante este siglo con algunas áreas posiblemente aumentando tanto como dos grados. Hemos demostrado que los efectos de este calentamiento tendrán consecuencias dramáticas para la futura biodiversidad de la región".