Como ya había anunciado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha confirmado este jueves la ruptura de su Gobierno con el Acuerdo de París contra el cambio climático, con el que su predecesor, Barack Obama, se comprometió a finales de 2014, en un gesto sin precedentes hasta entonces por parte de una Administración norteamericana.

"Estados Unidos se retirará del acuerdo del clima de París", ha anunciado Trump en los jardines de la Casa Blanca, entre el aplauso de los presentes, en una esperada comparecencia con la que ha confirmado lo que ya era un secreto a voces. No en vano, él mismo lo había prometido en campaña.

Trump ha argumentado que los compromisos recogidos en ese "mal acuerdo" perjudican a Estados Unidos y, en concreto, al desarrollo de su economía y a la creación de empleo. El objetivo del inquilino de la Casa Blanca pasa por buscar un nuevo documento más favorable y "justo", aunque por el momento no ha aclarado cómo ni cuándo lo hará.

En este sentido, ha explicado que no quiere que nada se "interponga en el camino" del desarrollo de Estados Unidos y ha apelado a su "deber solemne" de proteger los intereses de su país de una "gran herida autoinfligida" por el anterior Gobierno. "El resto del mundo aplaudió cuando firmamos el Acuerdo de París, estaban muy felices, por la simple razón de que ponía a nuestro país en una desventaja económica muy grande", ha afirmado.

Trump ha lamentado, por ejemplo, que Estados Unidos haya puesto "bajo llave" las grandes reservas energéticas de las que dispone y ha advertido de que no está dispuesto a aceptar una "redistribución de la riqueza" norteamericana entre otros países. El vicepresidente, Mike Pence, verbalizó instantes antes de que Trump tomase la palabra que el lema de campaña Estados Unidos, primero sigue guiando el rumbo de la Casa Blanca.

El gesto de Trump, tan anticipado como polémico, sitúa a Estados Unidos junto a Siria y Nicaragua, que tampoco se unieron a un acuerdo del que sí forman parte 195 países. Obama se había comprometido a que el país norteamericano redujese las emisiones de gases contaminantes entre un 26 y un 28% para el año 2025 –tomando como referencia los datos de 2005–.

Estados Unidos es el segundo país más contaminante del mundo, sólo por detrás de China. Los expertos estiman que emite a la atmósfera más del 15% de los gases registrados en todo el mundo, por lo que su implicación en materia climática se antoja imprescindible para lograr reducir de forma significativa los niveles actuales en términos globales.

Proceso de salida

El artículo 28.1 del Acuerdo de París contempla la posibilidad de que una de las partes decida dejar de serlo, pero sujeto a determinadas condiciones, por lo que ahora está por ver cómo se lleva a la práctica el cumplimiento de una de las promesas electorales más controvertidas de Trump.

Así, un país podrá solicitar su retirada con una petición escrita que será legalmente efectiva solo un año después de haberla presentado y que, además, no podrá presentar hasta que hayan pasado al menos tres años desde la entrada en vigor del Acuerdo de París.

En la práctica ello implica que aunque Trump haya anunciado el abandono de Estados Unidos, legalmente no podrá solicitarlo hasta noviembre de 2019 (el convenio internacional entró en vigor el 4 de noviembre de 2016) y no se haría efectivo hasta un año después, en noviembre de 2020.