El río Whanganui, en el sur de la isla Norte de Nueva Zelanda, ha obtenido el reconocimiento de persona jurídica tras 160 años de lucha incesable de los maoríes, para quienes este curso fluvial serpenteante de 290 kilómetros es sagrado. Se ha convertido en el primer río del mundo considerado legalmente como una persona. Con menos de una semana de distancia, el Ganges, en la India, ha obtenido el mismo estatus legal.

El Whanganui es el río navegable más largo de Nueva Zelanda y el tercero más extenso del país. Empieza en el monte Tongariro y recorre la región de Manawatu-Wanganui para desembocar en el mar de Tasmania. Según la leyenda maorí, nació tras una pelea entre dos montes: el Taranaki y el Tongariro. Tras enfrentarse por la montaña Pihanga, el monte Taranaki huyó del centro de la isla del Norte hacia el mar, dejando un largo rastro tras de sí, el monte Tongariro envió agua fría para curar el surco, creando así el río.

Los maoríes tienen una profunda conexión espiritual con la naturaleza

Los europeos se establecieron en las tierras que cruza el Whanganui a finales de la década de 1830. Los primeros barcos de vapor llegaron en la década de 1860 y los turistas, que acudían en masa a las travesías por el río, a principios del siglo XX. Hoy en día, recorren sus aguas canoas, kayaks y jetboats.

Con la nueva ley, aprobada por el Parlamento neozelandés, al río Whanganui se le reconocen todos los derechos, deberes y responsabilidades de una persona. A partir de ahora, podrá ser representado en procedimientos judiciales por un miembro de los Whanganui iwi, o tribu, y un delegado del gobierno. Contaminar o dañar el río será legalmente como lastimar a una persona.

El acuerdo incluye una compensación de 80 millones de dólares neozelandeses (52 millones de euros), 30 millones de dólares (cerca de 20 millones de euros) para mejorar y mantener la salud del río y un millón de dólares (unos 650.000 euros) destinado a establecer el marco legal.

La nueva ley pone fin a un largo litigio de la historia del país. "Sé que algunas personas pensarán que es sumamente extraño dar a un recurso natural una personalidad jurídica, pero no es más extraño que dársela a una fundación, una compañía u otro tipo de sociedad”, afirma el ministro para la Negociación de Tratados, Chris Finlayson, tal y como recoge el New Zealand Herald. “Esta ley reconoce la profunda conexión espiritual entre el pueblo local Whanganui iwi y su río ancestral. Reconoce las tradiciones y las costumbres y crea una base sólida para el futuro del río”, añade.

Bienestar del pueblo

Para los Whanganui, el río es un antepasado y una entidad viva. "Desde un punto de vista de los Whanganui, el bienestar del río está directamente vinculado al bienestar del pueblo, por lo tanto es realmente importante que sea reconocido con una identidad propia", declara el diputado Adrian Rurawhe, quien representa a los maoríes. Esta etnia polinesia tiene una visión diferente de la naturaleza a la difundida en el mundo occidental, de hecho, hay un conocido dicho maorí que reza “yo soy el río y el río soy yo”.

Es la primera vez que se otorga un estatuto jurídico a un recurso natural en Nueva Zelanda, pero en 2013 se utilizó una innovación jurídica similar en el asentamiento de los Tuhoe, en el Parque Nacional de Te Urewera, en el centro de la isla del Norte.

Los diversos planes gubernamentales para limpiar el Ganges se suceden sin éxito

Siguiendo los pasos de Nueva Zelanda, un tribunal indio sentenció el pasado lunes que el río Ganges y su principal afluente, el Yamuna, son seres vivos con los mismos derechos que los seres humanos.

El Ganges, de 2.525 kilómetros de extensión, es el tercer río más largo del mundo y uno de los más contaminados. Es sagrado para más de 1.000 millones de hindús. Nace en el Himalaya occidental, en el estado indio de Uttarakhand y desemboca formando, con el río Brahmaputra, el mayor delta del mundo, el delta del Ganges. El Yamuna, de 1.376 kilómetros de largo, también es muy venerado por el hinduismo. Nace en el glaciar Yamunotri, en las laderas suroccidentales de los picos Banderpooch, en el Himalaya inferior y desemboca en Triveni Sangam, Allahabad, lugar de la peregrinación Kumbha Mela cada 12 años.

La contaminación del Ganges ha aumentado en los últimos años: en sus aguas se encuentran restos de cremaciones humanas, cadáveres de animales, aguas residuales, plaguicidas agrícolas y efluentes. Se han sucedido diversos planes gubernamentales para limpiarlo, pero no han tenido éxito. El último está en marcha: la ministra de Recursos Hídricos, Uma Bharti, prometió un Ganges limpio para 2018, pero la misión está siendo prácticamente imposible. Una tarea por la que desde ahora también deberán velar los tres responsables legales de los ríos nombrados por el tribunal. Ellos serán los responsables de conservar y proteger sus aguas y de luchar por sus derechos, que, al fin y al cabo, son los nuestros.