La salida del Reino Unido de la Unión Europea puede tener graves consecuencias para el medio ambiente de las islas británicas. Las regulaciones ambientales comunitarias, seguramente las más rigurosas del mundo, dejarán de regir en el país en cuanto se formalice el llamado brexit, cuyos partidarios se mostraron durante la campaña del referéndum del 23 de junio claramente hostiles al afán proteccionista de la salud y los ecosistemas que inspira la legislación europea. Y el portazo británico a Europa se produce justamente cuando Bruselas negocia con Estados Unidos, que tiene en Londres a su mejor aliado, un tratado de libre comercio trasatlántico en el que Washington presiona para lograr una fuerte relajación del proteccionismo ambiental comunitario.

Entre los defensores del sí al abandono de la UE se cuenta un grupo llamado Clexit (contracción de las palabras Climate Exit, salida del clima) que aboga sin tapujos porque el Reino Unido abandone también el histórico acuerdo sobre el cambio climático firmado en París en diciembre. "El brexit fue la respuesta británica al creciente exceso de burocracia de la UE. El Clexit es nuestra respuesta a la presión por el control global a través de la histeria climática", señala el grupo en sus manifiestos.

Un grupo llamado Clexit pide la salida del Tratado de París sobre cambio climático 

No es casual que los líderes del Clexit estén en contra de las conclusiones del 97% de los expertos en el clima de todo el mundo, y del 95% de los economistas. Muchos de sus integrantes tienen grandes intereses en industrias como las del tabaco y los combustibles fósiles. El presidente del grupo es Christopher Monckton, un destacado escéptico frente a la amenaza del cambio climático, que considera todas las advertencias sobre el mismo fruto de una conspiración.

Licenciado en Clásicas y en Periodismo, Monckton es asesor del Instituto de Ciencia y Políticas Públicas pese a que "jamás ha publicado un solo artículo sobre cualquier tema científico", denuncia el científico estadounidense John Abraham, profesor de Ingeniería Mecánica, uno de los mayores especialistas en transferencia de calor y fluidos en el panorama internacional. En una presentación, Abraham puso de manifiesto de qué manera Monckton ha manipulado o tergiversado en favor de sus tesis las afirmaciones de diversos expertos.

El secretario de Clexit es Viv Forbes, vinculado durante cuatro décadas a la industria de extracción del carbón. Y el único científico que forma parte de sus órganos directivos es Ole Humlum, autor de estudios sobre los efectos de los combustibles fósiles sobre el clima, evidentemente favorables a los argumentos negacionistas del cambio climático.

El dióxido de carbono es bueno

"Algunos de los mayores partidarios del acuerdo de París son pequeñas naciones oceánicas que buscan su bienestar mediante folletos para salvarse de las predicciones sin fundamento de los niveles del mar", señala el presidente del Clexit, para quien "el aumento del nivel del mar en Tuvalu ha sido efectivamente cero desde que se comenzaron a hacer precisas mediciones en 1993 por parte del gobierno australiano", pese a que los mareógrafos instalados por el mismo han señalado una elevación anual de 4,3 milímetros.

Otras perlas de este grupo de presión influyente en el estado actual de cosas de la política británica son que "el dióxido de carbono no es un contaminante peligroso, es un producto natural, un gas no tóxico y beneficioso que alimenta la vida en la Tierra" o que "el Tratado de París niega a los países en desarrollo los beneficios de una energía de hidrocarburos fiable y de bajo coste y les obliga a depender de otras fuentes menos fiables y más costosas, como la biomasa y otras, aumentando su dependencia de las donaciones internacionales".

El Clexit no es el único partidario en las filas del triunfante brexit que se ha declarado contrario a la protección del medio ambiente. Un miembro del actual gabinete, el ministro de Agricultura George Eustice, se refirió a las normativas ambientales de la UE como "aplastantes" y "trituradoras", y afirmó durante la campaña del referéndum que la salida de Europa permitiría al Reino Unido desarrollar una política de protección ambiental propia. En cambio, su compañero de gabinete y titular de Medio Ambiente, Rory Stewart, defiende que "la pertenencia a la UE es fundamental para la protección del medio ambiente del Reino Unido".

El padre de Boris Johnson fue uno de los artífices de las directivas europeas

Según Eustice, fuera de la política ambiental de la UE, Londres podrá liberar 2.000 millones de libras esterlinas (unos 2.400 millones de euros), hasta ahora enviados como contribución ambiental a Bruselas, que podrían dedicarse, prometió, a seguros e incentivos para los agricultores. Aunque algunas directivas, como las de hábitats y protección de las aves, se mantendrán, prometió, otras serán borradas de inmediato de la legislación británica.

"Si hubiéramos tenido más flexibilidad, hubiéramos podido enfocar las energías de nuestros científicos en buscar nuevas maneras interesantes para proteger el medio ambiente en lugar de en producir voluminosos documentos para Bruselas", opina. Legislaciones comunitarias como las que regulan el uso de agrotóxicos en los cultivos o la protección de los mares están en el punto de mira de los nuevos gobernantes británicos, que son partidarios de un modelo a la americana en el que prima "una evaluación realista de los riesgos y peligros, no sólo de los teóricos". Curiosamente, uno de los padres de la legislación ambiental europea es el progenitor de Boris Johnson, el ex alcalde de Londres y uno de los máximos líderes euroescépticos británicos -quien renunció a postularse como primer ministro tras el referéndum en el que se impusieron sus posiciones pero que desde julio se hace cargo de la cartera de Asuntos Exteriores-.

"Décadas de progreso en materia de aguas limpias, aire limpio, protección de los hábitats de la vida salvaje y lucha contra el cambio climático están en peligro", considera Greenpeace, que ha puesto en marcha una campaña para proteger las que denomina las Leyes de la Naturaleza de la labor de zapa de los triunfantes antieuropeos de las islas.