En los últimos años se ha popularizado el uso de plataformas de crowdfunding (micromecenazgo), que permiten a pequeñas empresas u organizaciones, incluso a particulares, financiar proyectos de dimensiones manejables sin tener que recurrir a las instituciones financieras tradicionales, recibiendo los fondos necesarios de un grupo heterogéneo de personas que deciden implicarse en los mismos.
El modelo nació en los años 90, del pasado siglo, y ha adquirido un enorme auge gracias al desarrollo de las tecnologías de la información e internet, pero también a la crisis financiera y el descrédito de los bancos. En la actualidad se imponen cuatro modalidades de crowdfunding: el de capital, en el que los inversores pueden convertirse en socios de la empresa financiada; el de préstamos (o crowdlending), en el que la cantidad prestada se convierte en deuda y el financiador en un microbanco; las donaciones, aportaciones desinteresadas, o el modelo de recompensa, por el que el donante recibe algún bien o servicio más o menos simbólico a cambio de su ayuda financiera.
En el crowdlending, diversas personas prestan pequeñas cantidades de dinero a una empresa a cambio de un retorno financiero estipulado en un contrato de préstamo. De esta forma, las empresas pueden conseguir la financiación que los bancos les negarían, la diversificación de las fuentes de crédito o también adquirir notoriedad por el hecho de utilizar esta fórmula innovadora. Por su parte, los pequeños prestamistas logran una mayor rentabilidad, una mayor transparencia en el uso que se da a su dinero y la posibilidad de generar un impacto positivo en el mundo con su aportación.
Las iniciativas elegidas deben tener un "impacto social y ambiental positivo"
El crowdlending está en auge en España y la plataforma ECrowd! está al frente del desarrollo de este nuevo sector. Se ha especializado en la financiación de lo que sus impulsores definen como “proyectos con impacto social y medioambiental positivo”. Se trata de proyectos comprobados de la economía real, rentables por sí solos y que además contribuyan a mejoras en la sociedad o en el medio ambiente, como, por ejemplo, inversiones en eficiencia energética, en la mejora de las telecomunicaciones o en energías renovables. “En ECrowd! no se financia ningún proyecto especulativo”, garantiza la plataforma.
“Es una clara versión del clásico win-win, donde todos ganan, ya que los buenos proyectos consiguen financiarse, los inversores reciben unos intereses mucho más altos de los que se obtienen con los bancos y siempre se genera un impacto positivo sobre la sociedad o el medio ambiente”, señala Fabrizio Villani, emprendedor italiano afincado en Barcelona y relacionado por la plataforma de análisis de mercado Fintech.
Ecrowd! pone en contacto directo proyectos que necesitan un préstamo e inversores que buscan diversificar sus inversiones y darles el mayor rendimiento (y además están comprometidos con que las mismas contribuyan al desarrollo de la economía real, de una mayor justicia social y del menor impacto ambiental). Lo hace por medio de un equipo de financieros, ingenieros e informáticos. El funcionamiento del sistema es sencillo: cualquier persona registrada en ECrowd! y (de momento) residente en España puede participar a partir de una inversión mínima de 50 euros (con un límite de 3.000 para inversores no cualificados) y elegir el proyecto que más se adapte a sus preferencias.
La plataforma garantiza al inversor que “cada préstamo que se ofrece como inversión tiene un plazo, un tipo de interés y un calendario de amortización conocidos de antemano. No hay subastas ni intereses variables que compliquen tu inversión. Cada mes recibirás el capital y el interés pactados, sin ningún tipo de gasto ni de comisión”.
Al emprendedor en busca de financiación, Ecrowd! le proporciona una plataforma donde se publica el proyecto, con toda la información técnica, financiera y legal. “ECrowd! hace toda la gestión de la publicación, la comprobación del proyecto y las gestiones con los inversores”, afirman los promotores de la iniciativa, que analizan préstamos de entre 50.000 y un millón de euros. Se abre una nueva y atractiva vía para la financiación de proyectos que contribuyan a hacer un mundo mejor.
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