Apenas tres meses después de que Repsol renunciara a seguir buscando petróleo en aguas canarias, lo que parecía haber salvado al archipiélago del peligro de las mareas negras, las manchas de fuel han alcanzado finalmente las costas de la isla de Gran Canaria y amenazan las de Tenerife y La Gomera.

El pasado 11 de abril se incendiaba en el Puerto de La Luz, en Las Palmas de Gran Canaria, el pesquero de arrastre ruso Oleg Naydenov. Ante el fracaso de los intentos de extinción del fuego, la Capitanía Marítima decidió remolcarlo mar adentro, donde las llamas se apagaron un día más tarde. Pero el 14 de abril el barco se hundía a 24 kilómetros de la localidad turística de Maspalomas, y desde su tumba submarina sigue vertiendo fuel incontroladamente. A merced de las corrientes y el oleaje, el combustible ha contaminado ya algunos puntos del litoral meridional grancanario.

El barco cargaba más de 1.500 toneladas de combustible y pierde de 5 a 10 litros por hora

La nave, de 56 metros de eslora, se encuentra a una profundidad de 2.700 metros y a 80 metros del punto del hundimiento. Tenía los depósitos de combustible llenos, puesto que se disponía a zarpar para faenar en las costas africanas. Cargaba 1.490 toneladas de fuel de tipo IFO-380, utilizado en buques-tanque y plantas de generación de energía eléctrica, así como otras 30 de gasóleo y 65 de lubricante.

Hasta ahora se han detectado tres fugas de combustible, que emiten entre 5 y 10 litros por hora. Según el Gobierno, en unos días se iniciarán las tareas para sellar las grietas, paso previo a la extracción del combustible. Se trata de un proceso complicado para el que se ha contratado a la empresa especializada noruega Otech. Mientras se espera el comienzo de estas operaciones, los esfuerzos se concentran en recoger el combustible de la zona del hundimiento, la única mancha detectada en estos momentos. Las labores se han ido aplazando a lo largo de los últimos días a causa del empeoramiento de las condiciones climatológicas.

"No existe ninguna mancha en el canal (que separa Gran Canaria de Tenerife), ni en la proximidad de la costa canaria, ni en el sur de Tenerife ni, por supuesto, en La Gomera", afirmó a principios de esta semana el secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, Julio Gómez-Pomar, quien sin embargo reconoció que es muy complicado conocer la cantidad de fuel que ha escapado ya de los depósitos del barco.

El mayor vertido se encuentra, gracias a los vientos y las corrientes, a más de 370 kilómetros de las costas canarias y se disgrega en el océano. Otra mancha hallada al oeste el pasado domingo ha sido disuelta mediante procedimientos mecánicos. Hasta ahora, sólo han llegado unas galletas de fuel a la costa oeste de Gran Canaria. En la playa de Veneguera, según informa Greenpeace, se recogieron 25 kilos de hidrocarburos mezclados con arena. Ecologistas en Acción de Canarias, integrados en la federación Ben Magec, denuncia sin embargo que la limpieza la llevaron a cabo particulares "con sus propios medios de protección, que en algunos casos eran inexistentes".

Animales afectados

Por el momento, siguen sin detectarse nuevas concentraciones cerca de las costas pero la incertidumbre reina entre la población canaria. Por ello, el Gobierno canario ha puesto en marcha la plataforma Unidos Contra el Fuel con la que, además de dar información sobre el estado del vertido, reúne a voluntarios para formarles en las tareas de limpieza por si la situación empeora. Ya se han inscrito más de 300 personas.

Los efectos negativos del accidente para el medio ambiente no han tardado en dejarse ver. La zona dañada destaca por la concentración de especies vulnerables, animales que pueden ser afectados por el combustible por vía respiratoria, cutánea o por ingestión de agua al cazar.

Tortugas boba y pardelas han sido las primeras víctimas. También se ha avistado un delfín mular adulto con la aleta dorsal impregnada en petróleo y con otras manchas pequeñas visibles en el morro. Aunque no resulta visible, la contaminación persistirá en los ecosistemas dañando durante años todos los eslabones de la cadena trófica, recuerdan los expertos.

El vertido podría tener también consecuencias para el sector turístico, la principal fuente de ingresos de la isla. En 2014 visitaron Gran Canaria más de tres millones de turistas, una cifra que no deja de aumentar año tras año, según las estadísticas gubernamentales.

La crisis del Oleg Naydenov se suma en menos de un año a los dos vertidos de hidrocarburos detectados el verano pasado en Castillo del Romeral (San Bartolomé de Tirajana) y El Cabrón (Agüimes). Ante la frecuencia de tales incidentes, el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, considera que los medios preventivos de que dispone el Ministerio de Fomento en el archipiélago para atender accidentes como el actual son "claramente insuficientes".

El Puerto de la Luz está catalogado como un 'punto negro' por su inseguridad

La organización Ben Magec va más allá. Ha bautizado al Puerto de Las Palmas como la “gran gasolinera del Atlántico” y denuncia que su actividad pone en riesgo permanente a toda la población, al agua de la que se abastece y los recursos naturales y económicos de las islas. “Se dispensan al día tres veces más cantidad de hidrocarburos de la que llevaba el Oleg Naydenov, y cuenta con una capacidad de almacenamiento de combustibles equivalente a más de 120 piscinas olímpicas.

Además, está catalogado como un punto negro por la International Tanker Owners Poluttion Federation (ITOF), referencia mundial sobre contaminación marítima, por tres factores de riesgo claro: la ausencia de un plan específico para contingencias de alto riesgo, un tráfico entre las islas que oscila entre los 5.000 y 6.000 buques anuales y la posibilidad de un conflicto internacional, dado que la frontera con Marruecos no está delimitada, detallan en un comunicado.

Las manchas de fuel que emite el pesquero ruso evocan la lucha incesante de la población canaria para evitar que Repsol iniciara las exploraciones petrolíferas. La compañía abandonó los fondos marinos canarios hace tres meses y se marchó a Angola al no encontrar yacimientos rentables, pero mantiene el permiso para seguir buscando hidrocarburos en la zona hasta abril de 2016.

La amenaza sigue viva, ya que no está claro si el fin de los sondeos es definitivo o, por el contrario, la petrolera está a la espera de que el mercado mejore y de que pasen las citas electorales de este año, tal y como apunta el presidente del Gobierno de Canarias, para quien el accidente del Oleg Naydenov “debe reforzar la conciencia de la importancia de nuestro mar y nuestras costas y de preservar los recursos naturales de Canarias".