La economía alemana es la más eficiente desde el punto de vista energético de entre las 16 principales economías mundiales. La siguen en el ranking la italiana, y la de la Unión Europea en su conjunto, y España, que debutaba como país analizado en el estudio, se sitúa en el octavo puesto, de acuerdo con las conclusiones del último informe International Energy Efficiency Scorecard (Puntuación Internacional en Eficiencia Energética) publicado por la organización estadounidense sin ánimo de lucro American Council for an Energy-Efficient Economy (ACEEE, Consejo Norteamericano para una Economía Energéticamente Eficiente).

La segunda edición de este informe, presentada el verano pasado, situó sorprendentemente a China como cuarta potencia económica que mejor gestiona la energía. Francia, Japón, Reino Unido, España, Canadá y Australia completaban el cuadro de los 10 primeros de la clasificación. Estados Unidos, considerada una de las economías tecnológicamente más avanzadas del planeta, quedó relegada al decimotercer lugar, sólo por delante de Rusia, Brasil y México.

China fue la cuarta potencia económica que mejor gestionó
sus recursos

El estudio se realizó teniendo en cuenta 31 indicadores repartidos en cuatro grandes áreas: los políticos y los del rendimiento, basados en las estadísticas de ahorro efectivo, alcanzado en los campos de los edificios, la industria o el transporte. En cada una de estas categorías se podían reunir hasta 25 puntos, y sumando el resultado alcanzado en las cuatro secciones se computó el puesto final de cada país en la lista de clasificación global.

Como ejemplos de los indicadores tomados en consideración para la confección del informe están los metros recorridos por litro de combustible en los vehículos de pasajeros por carretera o la energía consumida por metro cuadrado de vivienda en los edificios de los barrios residenciales. Entre los indicadores políticos se tuvieron en cuenta la existencia de objetivos nacionales de ahorro energético o las normativas nacionales aplicables a este terreno.

De nuevo sorprendió China al situarse como la economía con mayor eficiencia en el ámbito de los edificios, con unos remarcables 19 puntos sobre 25. En industria, el primer lugar fue para Alemania. En transporte, para Italia y, en medidas políticas, empataron en la cabeza Francia, Italia y la Unión Europea tomada como bloque. Estados Unidos, la primera economía mundial, sólo consiguió 42 puntos globales, por debajo de la mitad de los posibles, y a 23 de distancia de la primera posición de la tabla.

Cuestión de prioridades

Pese a que quedó en el primer lugar absoluto, la economía alemana dejó en evidencia que todavía le queda mucho por hacer en el terreno de la eficiencia energética, pues su puntuación final fue de tan sólo 65 puntos sobre los 100 posibles. Donde más flaqueó fue en el ámbito del transporte, ámbito en el cual se quedó con apenas 13 de los 25 que supondrían la perfección.

Y este balance manifiestamente mejorable fue el mejor entre los 16 países o conjuntos de estados que acumulan el 81% del producto nacional bruto y el 71% del consumo de electricidad de todo el planeta. Un motivo de reflexión para el Día Mundial de la Eficiencia Energética que se conmemora este 5 de marzo para recordar a ciudadanos, empresas e instituciones la importancia de realizar un consumo responsable de la energía.

La clasificación global final del informe de eficiencia energética mundial fue: (1) Alemania; (2) Italia; (3) la Unión Europea; (4) China y Francia (empatadas a puntos); (6) Japón y Reino Unido; (8) España; (9) Canadá; (10) Australia; (11) India; (12) Corea del Sur; (13) Estados Unidos; (14) Rusia; (15) Brasil y (16) México.

La UE tiene como objetivo reducir el consumo energético
en un 20% para 2020

El director del ACEEE, Steven Nadel, considera: “Alemania es un ejemplo de nación que ha convertido la eficiencia energética en una prioridad, mientras los Estados Unidos, considerados durante mucho tiempo como un líder mundial en innovación y competitividad, han realizado lentos y escasos progresos desde nuestro anterior informe, presentado en 2012. Mientras, Alemania, Italia o China han protagonizado durante el período transcurrido una reactivación en este campo”.

El diplomático alemán Philipp Ackermann, que asistió a la presentación del informe en Washington (Estados Unidos), manifestó que “la eficiencia energética en el segundo pilar de la transformación del sistema energético de Alemania, junto con la expansión de las energías renovables”. “Cada kilovatio/hora que no es consumido ahorra combustibles fósiles y evita la construcción de nuevas plantas energéticas”, señaló.

La eficiencia energética se define como la obtención de los mismos bienes y servicios energéticos empleando para ello menos recursos naturales. Entre los distintos modos de alcanzarla se cuentan la mejora de los procesos productivos, la cogeneración, el reciclaje, el uso de productos menos contaminantes y un consumo más inteligente y responsable. Y todo ello debe permitir mantener los mismos estándares de vida.

Se trata de un objetivo deseable porque aúna los beneficios económicos con los ambientales (reduce el volumen de emisiones que contribuyen al cambio climático). Y, en este terreno, la Unión Europea, que se halla a la cabeza de los esfuerzos para frenar el calentamiento global, se ha fijado como objetivo reducir el consumo energético en un 20% para el año 2020.