Si en general se necesitan pocas excusas para el sexo –casi siempre hay más dificultades para encontrar tiempo, sitio o acompañante que ganas– una de las actividades humanas más placenteras y universales, le proporcionamos 10 nuevas razones para practicarlo de forma regular y con calidad.

1. Dormir mejor y combatir el insomnio. Después del orgasmo, el cuerpo libera una hormona llamada prolactina que provoca relajación. Según Kristin Mark, director del Laboratorio de Promoción de la Salud Sexual de la Universidad de Kentucky (Estados Unidos): “Si usted no se siente particularmente cansado, o está nervioso o estresado, tener relaciones sexuales y alcanzar el orgasmo puede ayudarle a quedarse dormido un poco más rápido que de otra manera”.

2. Reducir la presión arterial y los niveles de estrés. En un estudio escocés de 2005, coordinado por la propia Kristin Mark, se midió la actividad sexual de los voluntarios durante dos semanas y luego se les sometió a pruebas que provocan ansiedad, como hablar en público o resolver problemas de matemáticas en voz alta. Aquellos que habían tenido relaciones sexuales durante el período de estudio experimentaron menores picos de presión arterial y se recuperaron de ellos con mayor rapidez que los que no lo habían tenido. En este caso parece que sólo el coito, con penetración, parecía tener este efecto, pero no la masturbación u otras formas de actividad sexual.

El estudio sugería dos importantes beneficios de las relaciones sexuales regulares: un mejor control de la presión arterial y un mejor manejo del estrés en general. “El sexo no sólo reducía los niveles de percepción de estrés, también parecía que ayudaba a manejar el mismo estrés de manera más eficaz”, deduce Mark.

Los hombres queman unas 100 calorías por sesión, mientras que las mujeres casi 70

3. Una mejor forma física. Al fin y al cabo, la práctica sexual es una forma de ejercicio físico y, dependiendo de tipo de práctica, uno nada desdeñable. Justin Lehmiller, profesor del departamento de Psicología de la universidad estadounidense de Purdue y autor del libro La psicología de la sexualidad humana destaca que, dependiendo de la posición, duración y actividad en que se realiza, el sexo puede fortalecer el tono muscular, aumentar la frecuencia cardíaca y conseguir que todo el cuerpo trabaje y se ejercite.

4. Quemar calorías. En un estudio de 2013 en el que los voluntarios llevaban rastreadores de actividad mientras practicaban sexo, se determinó que los hombres queman aproximadamente 101 calorías por sesión, mientras que las mujeres un promedio de 69. “En términos relativos, no es una cantidad enorme”, dice Justin Lehmiller. Señala, sin embargo, que las sesiones en el estudio (de los juegos previos al orgasmo) duraron un promedio de 25 minutos. “Si se tiene relaciones sexuales durante un período de tiempo más largo, puede quemar aún más calorías”.

5. Fortalecer el corazón. Una práctica sexual habitual puede beneficiar el sistema cardiovascular de diferentes maneras. Un estudio británico encontró que los hombres que tenían relaciones sexuales al menos dos veces a la semana durante un período de 20 años eran menos propensos a morir por enfermedad cardíaca que los que las tenían menos de una vez al mes. Después de 10 años, de hecho, el riesgo de muerte súbita fue menos en un 50% que la del grupo que sufría mayor abstinencia, aunque esa brecha se reduce durante la siguiente década.

Aunque Kristin Mark es prudente y recuerda que este tipo de resultados sólo muestran una correlación, no una causalidad: “Las personas que tienen una vida sexual saludable, probablemente, tienen estilos de vida saludables en general”. Aun así, sospecha que puede haber una conexión: “El sexo ayuda a regular hormonas como el estrógeno y la testosterona, que afecta numerosos órganos del cuerpo, incluyendo el corazón”.

Adiós al dolor de cabeza

6. Mejorar el nivel inmunológico. Una actividad sexual al menos semanal es suficiente para estimular el sistema inmunológico y proporcionar protección contra el resfriado común, según un estudio de la universidad norteamericana de Wilkes. Los investigadores dieron a unos estudiantes universitarios cuestionarios sobre su vida sexual. Luego analizaron su saliva para analizar los niveles de inmunoglobulina A (IgA), un anticuerpo que ayuda a combatir los virus. Encontraron que los estudiantes que tenían relaciones sexuales una o dos veces a la semana tenían un 30% más de IgA que los que tuvieron relaciones sexuales con menor frecuencia. Sin embargo, también tenían niveles de IgA superiores a quienes tuvieron relaciones sexuales tres veces a la semana o más por lo que, en este caso, quizás demasiado sexo no sería tan bueno.

7. Aliviar el dolor. Un estudio alemán de 2013 podría acabar con el tópico de intentar evitar el sexo alegando dolor de cabeza, ya que en realidad podría ayudar a eliminarlo. Entre los voluntarios del estudio que eligieron tener sexo durante un episodio de dolor de cabeza, alrededor del 60% de los enfermos con migraña y el 30% con cefalea en racimo aseguraron tener un alivio parcial o total.

Las endorfinas liberadas durante el orgasmo, así como el aumento del flujo de sangre al área genital, probablemente juegan un papel importante en la capacidad del sexo para aliviar el dolor. Según Kristin Mark, “el dolor a veces tiene que ver con la sangre que fluye a un área en particular, como la cabeza, y el sexo puede reducir un poco esa presión mediante la reorientación de la corriente sanguínea”.

8. Vivir más tiempo. Un estudio ya clásico de la universidad también norteamericana de Duke elaborado entre 1955 y 1980 vinculó relaciones sexuales y longevidad. Los investigadores encontraron que, para los hombres, la frecuencia de las relaciones sexuales se relacionaba con vidas más largas, mientras que para las mujeres, la calidad de la práctica sexual era el factor más importante.

Una actividad sexual semanal basta para estimular el sistema inmunológico

“No podemos realmente determinar cuál es la relación causa-efecto en los estudios, por lo que no sabemos si el sexo realmente ayuda a las personas a vivir más tiempo, o si las personas saludables acaban teniendo más relaciones sexuales –dice Justin Lehmiller– pero por lo que conocemos acerca de los beneficios del sexo para la salud, lo más probable es que no se pierda nada por tener más”.

9. Fortalecer sus relaciones. La oxitocina, también conocida como la “hormona del amor”, se libera durante la intimidad física y el contacto de la piel con la piel. Esto puede ayudar a aumentar los sentimientos afectivos entre usted y su pareja. Un estudio de la Universidad de Toronto (Canadá) encontró que las parejas a las que se les pidió que pasaran más tiempo juntos después del sexo –besándose, hablando y mostrándose cariñosos– demostraron mayores índices de satisfacción con su vida sexual pero también con sus relaciones.

Si este estudio se combina con el que realizó la Universidad Autónoma de Barcelona en que se vinculaba la estabilidad matrimonial con una vida más longeva y saludable, aparece un importante motivo de salud para mantener prácticas sexuales de calidad y regulares con su pareja. “Hemos visto que las personas casadas suelen cuidar más su salud que las solteras. Por ejemplo, es un 6% más probable que se hagan un análisis de colesterol o es un 13% más probable que dejen de fumar”, explica Nezih Guner, autor del informe.

10. ¿Reducción del riesgo de cáncer? Aquí ya entramos en un terreno menos firme y, sobre todo, debe tenerse en cuenta que en ningún caso el sexo es una vacuna. Aun así, algunos estudios han sugerido que los hombres que eyaculan con más frecuencia pueden tener un menor riesgo de cáncer de próstata, aunque la diferencia a su favor parece ser muy pequeña, mientras otros no han encontrado un vínculo tan concluyente.

Los beneficios pueden ser más claros para la prevención del cáncer de mama. Un estudio francés encontró que las mujeres que tenían relaciones sexuales al menos una vez al mes fueron menos propensas a desarrollar cáncer de mama que aquellas que no lo hicieron. Así que motivos sobran. Si no disfruta del sexo, lo que fallará será otra cosa.