El Rowan Renaissance ya navega rumbo a Angola, su próximo destino. Porque Repsol, que alquiló por un millón de euros al día el gigantesco barco perforador para tratar de encontrar petróleo en Canarias, sólo ha podido hallar bolsas de metano y hexano de tan pequeñas dimensiones que no harían rentable su explotación y ha decidido enviarlo al país africano, donde la multinacional también explota yacimientos de hidrocarburos.

Desde mediados de noviembre, la nave, de 230 metros de eslora y 52.000 toneladas, sondeaba los fondos marinos en la zona bautizada como Sandía, unos 60 kilómetros al este de las islas de Lanzarote y Fuerteventura, pese a la masiva oposición de la población del archipiélago, encabezada por su Gobierno autonómico, el parlamento, seis de los siete cabildos insulares y la totalidad de los ayuntamientos de las dos islas más afectadas.

Se perforó un pozo de más de 3.000 metros de profundidad que ahora será sellado

Más de 220.000 personas secundaron la campaña Save Canarias, impulsada por diversas organizaciones sociales y medioambientales. En una encuesta encargada por el Ejecutivo canario (Coalición Canaria y PSOE) después de que el Gobierno español forzara la prohibición de un referéndum al respecto en la comunidad autónoma, el 75% de los entrevistados se declararon en contra de buscar petróleo en las islas.

La población canaria temía que la eventual extracción de petróleo pusiera en peligro su principal fuente de ingresos, el turismo. A falta de los datos gubernamentales de diciembre, Canarias recibió el año pasado 11.830.371 visitantes, que además del clima benigno buscan la belleza de los paisajes y la riqueza de los ecosistemas únicos de un archipiélago que es uno de los mayores santuarios de cetáceos del mundo y posee fondos marinos de un inmenso valor ecológico. Por ello, la operación generó también una enconada oposición entre las organizaciones defensoras del medio ambiente.

La abierta resistencia encontrada por el llamado Proyecto de Investigación Canarias desplegado por la petrolera hizo que el gabinete de Mariano Rajoy pusiera a su disposición incluso un patrullero de la Armada, cuya dotación protagonizó una violenta intercepción de lanchas neumáticas de la organización ecologista Greenpeace que se saldó con dos activistas heridos, una de ellos, de gravedad.

Permisos para otras zonas

Y todo eso, para nada. Porque tras casi dos meses de sondeos, el Rowan Renaissance ha encontrado yacimientos de petróleo y gas, pero inundados por el agua del mar y en cantidades no rentables económicamente. El pozo excavado hasta los 3.093 metros de profundidad (más de 2.200 metros por debajo del fondo marino) será sellado y no se realizarán nuevas exploraciones. 

“El sondeo exploratorio ha confirmado que en el subsuelo de esta cuenca se han generado petróleo y gas, si bien los almacenes encontrados están saturados de agua y los hidrocarburos existentes se encuentran en capas muy delgadas no explotables”, hizo saber la empresa por medio de un comunicado, en el que se garantiza que el sellado del pozo se realizará “con los protocolos de seguridad más estrictos, conforme se ha desarrollado el sondeo en su conjunto”.

Según la empresa, el petróleo y el gas están saturados de agua y en "capas no explotables"

Ya desde el principio, la compañía cifraba las posibilidades de éxito de la operación entre tan sólo el 15 y el 20%. Pero la reacción política y social en contra del proyecto fue mayor de la que sus directivos podrían haber imaginado.

Pese a ello, Repsol siguió adelante, con el pleno apoyo del Gobierno del Partido Popular, que parece empeñado en actuar siempre contra la corriente de la historia y la opinión pública en materia de iniciativas energéticas y medioambientales. Y siempre también en favor de los grandes operadores, como ha demostrado con actuaciones como la del almacén de gas natural Castor o la retrógrada legislación en materia de renovables.

Ahora, y a pesar de que la compañía dispone de autorización para prospectar en otras zonas marinas del archipiélago, y de haber defendido la gran importancia de hallarlo para la economía española, sus responsables han decidido olvidarse de las islas. El Rowan Renaissance enfila su proa hacia el sur de África, hacia Angola, otro emporio petrolero donde opera Repsol y cuyos habitantes no tienen tanta suerte como los canarios.

Porque pese a que la exportación de petróleo (que aporta el 85% de su PIB) ha hecho crecer su economía un 11% anual durante una década y ha convertido Luanda en la capital más cara del planeta, el 55% de los 18 millones de angoleños vive en una extrema miseria, con una esperanza de vida de 51 años, y el país ocupa el lugar número 149 en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU (sobre 187 estados analizados). Según la Unicef, el 45% de los niños sufren desnutrición crónica. Son las sorpresas de la micro y la macroeconomía, y el impacto de la riqueza que proporciona un recurso ya pronto obsoleto que no hace más que acelerar el cambio climático.