Una ola de calor se ensañó con Australia en enero del año pasado y dejó un negro rastro de más de 200 incendios forestales. Otra, afectó al este de Asia en pleno verano y causó 87 muertos y 54.000 hospitalizados en Japón. También hubo 40 fallecidos en China, que registró las temperaturas más altas de los últimos 140 años y donde tuvo que habilitarse el metro de Shanghai como refugio para la población. Y un fenómeno similar se vivió en Europa: en Gran Bretaña se atribuyeron cerca de 800 muertes prematuras a una subida insólita del mercurio.

Detrás de todas estas catástrofes climáticas está la mano del hombre. A esa conclusión han llegado los científicos de la Sociedad Meteorológica estadounidense (AMS, por sus siglas en inglés), autores del exhaustivo estudio Explaining Extrem Events of 2013 from a Climate Perspective (Explicando fenómenos extremos de 2013 desde una perspectiva climática).

La acción humana favoreció 11 de las 16 catástrofes naturales analizadas

Cada año, esta institución científica busca pruebas de la influencia del cambio climático en episodios de sequías, lluvias torrenciales, huracanes, inundaciones, olas de calor y otros fenómenos de magnitudes fuera de los parámetros habituales. En 2012, la mitad de los casos estudiados (seis de 12) se atribuyeron a la acción del hombre, mientras que en 2013 ésta determinó la “probabilidad o fuerza” de 11 sobre 16 situaciones analizadas.

Según los investigadores, de varios países y agrupados en 20 equipos de trabajo, de los 16 episodios extremos estudiados en 2013, “nueve revelan de manera abrumadora que el cambio climático provocado por los humanos ha tenido influencia sobre ellos”. En algunos de los fenómenos analizados, estas tragedias “han sido hasta 10 veces más probables debido a la acumulación de efectos provenientes del cambio climático inducido por los humanos”, asegura el documento.

Es el caso de las cinco olas de calor sometidas a estudios a fondo por los científicos, causadas principalmente por el cambio climático producido por la quema de combustibles fósiles. Para otros eventos examinados, como sequías, fuertes lluvias y tormentas, discernir la destructiva huella de nuestra civilización resultó algo más difícil.

Miles de muertos

El informe considera que a  menudo hay causas “mezcladas”, pero destaca que la acción del hombre incrementa el riesgo de que las catástrofes climáticas tengan lugar. Un ejemplo son las fuertes lluvias sufridas por el norte de India en junio de 2013, que fueron calificadas como “un acontecimiento de los que ocurren una vez cada 100 años”. Alrededor de 5.700 personas fueron declaradas desaparecidas, y presumiblemente estén muertas, como consecuencia de las inundaciones y deslizamientos de tierra.

La certeza sobre la influencia del cambio climático sobre cualquier evento meteorológico extremo se incrementa cuando hay varios grupos de investigadores que utilizan métodos distintos pero que llegan a conclusiones similares. En este informe, cinco equipos científicos analizaron los factores específicos relacionados con el calor récord registrado en Australia en 2013. Los cinco consideraron “consistente” que el cambio climático provocado por el hombre incremente la probabilidad y gravedad de dicho evento y aseguraron que la influencia humana provocó olas de calor dos veces más intensas y tres veces más frecuentes.

En cambio, los tres equipos de Estados Unidos que investigaron la sequía más grave que ha afectado desde que hay registros al estado de California concluyeron que los factores humanos no habían influido en la falta de lluvias. Uno de ellos encontró pruebas de que los patrones de presión atmosférica aumentaron debido a causas humanas, pero no ha quedado claro si el cambio climático hizo más probable la sequía o no.

“Tener múltiples estudios que analizan un mismo evento extremo para determinar los factores subyacentes que pueden haber influido aporta un gran valor científico”, asegura Stephanie C. Herring, editora principal del informe del National Climatic Data Center (Centro Nacional de Datos Climáticos) de la agencia meteorológica federal estadounidense.

Los resultados ayudarán a prevenir cuándo se repetirán y con qué intensidad

“Los resultados de este informe no sólo se suman a nuestro conjunto de conocimientos sobre lo que impulsa los eventos extremos, sino a lo que sabemos sobre cuáles son las probabilidades de que estos eventos ocurran de nuevo y con qué intensidad”, añade.

Los científicos también dan cuenta en el informe de algunos fenómenos nunca vistos antes, como una gran tempestad de nieve a principios de otoño en Dakota del Sur; el ciclón Christian, que “causó severos daños en el norte de Europa” o un caso de “extremas precipitaciones de nieve en los Pirineos españoles”.

Aunque la investigación no ha podido establecer con claridad el carácter antropogénico de algunos de estos episodios, los expertos recuerdan que “eso no significa que no lo haya, sino que no se ha podido establecer”. Además, subraya que, al tratarse de casos tan raros, “suponen un reto único, debido a la limitada información sobre observaciones previas”.

El documento concluye que los fenómenos estudiados demuestran “la vulnerabilidad de la sociedad ante estos efectos extremos del clima y el tiempo”. Así, los ciudadanos se encuentran ante cuestiones como “si el cambio climático los expone más a las inundaciones y sequías”, que los científicos deben tratar de responder.