La ciudad de Bogotá, capital de Colombia, de 7,7 millones de habitantes, genera 936 toneladas diarias de residuos de plástico. En su mayor parte, acaban en vertederos. Sólo se reutilizan o reciclan, y no siempre de manera adecuada, unas 30 toneladas al día. Pero una original iniciativa plantea aprovecharlas como material de construcción para edificar viviendas para familias sin recursos.

La marca Ecomodulares utiliza plástico reciclado para producir materiales como tablones, vigas o columnas. Según sus impulsores, se puede convertir la “la desventaja ambiental” de la no biodegradabilidad del plástico en una “ventaja competitiva”.

La empresa ofrece piezas a medida de hasta 50 kilos de plásticos reciclados, como ABS, polietireno, poliestireno o polipropileno, para construir viviendas, corrales, juegos infantiles, cercas o suelos para camiones. Los plásticos se trituran y mezclan en una extrusora, máquina que los funde y convierte en una masa a la que una inyectora da forma en moldes.

La ciudad de Bogotá (Colombia) genera 936 toneladas diarias de residuos de plástico

En sus ya cerca de tres años de actividad, destinada a surtir de materiales de construcción para viviendas y para las industrias agrícola y petrolera, ha fabricado barandillas, escaleras y suelos para plataformas petrolíferas, e incluso construyó hace tres años un muelle de plástico reciclado en la ciudad caribeña de Cartagena de Indias que se mantiene en perfecto estado.

Porque, según defiende Mauricio Rodríguez, presidente de la junta de la compañía, “el plástico es perfecto para construir todo aquello que pueda fallar por la exposición al sol o la lluvia, ya que no cultiva bacterias y puede ser una gran solución para las regiones con un nivel de humedad alto”, como es el caso de la mayor parte de Colombia.

Respecto al proyecto de construcción de viviendas para familias desprotegidas, Rodríguez señaló que “el plástico de esta ciudad va en su mayoría a parar a un relleno sanitario (vertedero acondicionado para evitar filtraciones). De 936 toneladas diarias, se reutilizan sólo unas 30. Si con las demás se hicieran viviendas estaríamos hablando de 180 casas diarias”.

Ventajas ambientales

Las viviendas, que podrían costar entre 158 y 264 dólares por metro cuadrado (de 122 a 204 euros), serían resistentes a los elementos y fácilmente lavables, algo que resultaría muy útil en barrios dotados de escasas o nulas infraestructuras sanitarias.

Al no ser biodegradables, los materiales empleados en estas casas “no se pudrirían y resistirían a los insectos, con lo que su vida útil sería mucho más larga”. Entre las ventajas ambientales estarían la recuperación de residuos plásticos actualmente no reciclados, la reducción de uso de madera como material de construcción (y por tanto de la deforestación), la del empleo de productos tóxicos contra las plagas que la madera necesita y, al tratarse de materiales 100% impermeables, también del uso de productos químicos para impermeabilizar; fuertemente contaminantes.

Las piezas de plástico reciclado que diseña Ecomodulares se basan en un “modelo parecido al Lego”, es decir, son fáciles de encajar y ensamblables para permitir levantar diferentes tipos de construcciones con los mismos módulos. Y su coste es muy inferior al de otros materiales de similares o menores prestaciones.

Las piezas que ofrece la compañía son módulos multiuso muy fáciles de ensamblar 

La empresa marcha viento en popa, este año podría llegar a facturar 300.000 dólares estadounidenses (unos 232.000 euros), y se plantea su expansión nacional e incluso internacional, pero también en este terreno pretende tener en cuenta los criterios ambientales: “No queremos exportar, sino replicar (reproducir) en cualquier lugar del mundo nuestra empresa, porque de lo contrario iríamos en contra de la sostenibilidad en la que creemos", proclama su presidente.

Según un estudio de la Universidad Nacional de Colombia de 2012, los residuos plásticos (RP) que recogen los servicios de limpieza en Bogotá acaban en el llamado Relleno Sanitario Doña Juana, junto con el resto de residuos de la urbe (unas 7.535 toneladas al día), así que la recuperación de una mayor fracción de los mismos permitiría alargar la vida útil de este enorme vertedero. La mayor parte de los residuos plásticos recuperados son botellas y bolsas. “Las grandes superficies bogotanas consumen al mes un aproximado de 45.229.240 bolsas plásticas”, indica la autora de la investigación, Alejandra Téllez.

Pero, advierte, “no todos los RP llegan al relleno, por lo que hay diferentes impactos de acuerdo a su disposición final o a procesos de recuperación”. Así, “una cantidad inconmensurable de RP navega por fuentes hídricas sin poder ser controlados o quedan en las vías públicas de la ciudad”, donde “contaminan, desde el envase tirado al suelo hasta la mala disposición generada por la separación de residuos. En la acera, se ven registros de agua destapados llenos de vasos plásticos y paquetes de diferentes comidas. En las calles se observan alcantarillas llenas de residuos, entre los más notorios los plásticos”, denuncia.

El informe también identifica los impactos ambientales y para la salud del reciclaje de estos materiales en condiciones no adecuadas. Pero está claro que, además de la reducción del desmesurado uso de plásticos, es preciso encontrar una solución para evitar la acumulación de estos residuos, y Ecomodulares trata de aportar su grano de arena en esta lucha.