Las limitadas acciones informativas que realiza el Gobierno ocasionan que la población no tenga la suficiente formación para saber qué alimentos debe consumir con mayor frecuencia y el porqué. Si hacemos un pequeño estudio y preguntamos a cinco personas que suele comer, seguramente nos dirán que comen “algo a la plancha” refiriéndose a carne o pescado porque el ingerir proteína, tanto para comer como para cenar, parece que sea imprescindible. Sin embargo, todo en exceso es malo.

A pesar de que muchísimas dietas de moda y muchos aficionados al gimnasio recomiendan realizar dietas hiperprotéicas, éstas no tienen en cuenta las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud que aconseja consumir 0,83 gramos de proteína por kilogramo al día. La población consume 1,5 gramos de proteína/kg/día. Casi el doble de lo recomendado.

Así pues, un hombre de 70 kilos necesita consumir unos 58 gramos de proteína pura, para cubrir todas sus necesidades fisiológicas. Esto equivale al consumo de 250 gramos de pollo, 200 gramos de ternera, o bien, a 250 gramos de salmón.

Por lo tanto, cualquier alimento con contenido proteico que se consuma entre horas, como, por ejemplo, leche, yogures, frutos secos o incluso pan, provocaría un exceso de proteína no justificado.

Algunos de los riesgos de realizar una dieta hiperprotéica son:

• Sobrecarga hepática
• Sobrecarga renal
• Riesgo de deshidratación
• Riesgo de desmineralización
• Hiperuricemia, también conocido como “la gota”
• Riesgo de obesidad

La otra cara de la moneda

A pesar de la gran variedad de verduras y hortalizas que podemos encontrar diariamente en los mercados, estos suelen ser alimentos poco “apetitosos”, tanto para niños como para ya no tan niños.

No obstante, se recomienda consumir dos raciones de verdura al día, al poder ser, una ración cocida y otra en crudo para poder acceder a todas las vitaminas sin que se pierdan al cocinarlas.

Un mayor consumo de verduras podría disminuir la mortalidad por cardiopatías, enfermedades cerebrovasculares y cáncer gastrointestinal. Es más, el Instituto americano para la Investigación del Cáncer y el Fondo Mundial para la Investigación sobre Cáncer recomendó basar la dieta en alimentos de origen vegetal y reducir el consumo de carne roja si se come frecuentemente.

Las verduras nos ofrecen una elevada cantidad de fibra, que nos aporta todos estos beneficios:

• Previene el estreñimiento
• Mejora el nivel de glucosa después de las comidas y así beneficia en mayor medida a diabéticos
• Disminuye las concentraciones de colesterol
• Previene el cáncer de colon
• Mejora el tránsito intestinal
• Provoca el efecto de saciado

Además, ofrece una gran variedad de vitaminas principales (A, B1, B2, B6, C, B9 y Niacina) y aporta minerales y antioxidantes, que nos ayudan a mantener un buen estado de salud.

Así pues, para poder seguir una dieta saludable es preferible consumir diariamente dos raciones de verdura al día, reducir al máximo el consumo de carne roja a una ración a la semana e intentar ingerir proteínas con moderación a lo largo de la jornada y que provengan de diferentes alimentos como lácteos, carne blanca, pescado, huevos y legumbres.