En las zonas montañosas de Etiopía, mujeres y niños tienen que dedicar largas horas al día a la tarea de recoger agua y llevarla a las viviendas. Y la escasez de la misma supone un serio problema para la salud y la higiene, de las que adolecen las aldeas. Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), la población del país oriental africano tiene el peor acceso al agua potable del mundo, y el agua de peor calidad. Pero una sencilla construcción de bambú en forma de cesta puede ser la solución a sus penurias.

De coste ínfimo, mucho menor que el de un pozo, las WarkaWater son capaces de recoger un centenar de litros de agua procedente de la humedad del aire en una noche, y abastecer con ello para sus necesidades básicas a una familia de siete miembros.

Las WarkaWater son capaces de recoger un centenar de litros de agua en una noche

El nombre del invento hace alusión a los warka, frondosos árboles autóctonos parecidos a la higuera, alrededor de los cuales se articula la vida de estas comunidades rurales: proporcionan sombra y cobijo para las tareas cotidianas y las ceremonias y reuniones colectivas y son considerados el símbolo de la fertilidad y la generosidad.

El diseñador italiano Arturo Vittori y el arquitecto suizo Andreas Vogler, del estudio Architecture and Vission, han ideado una estructura reticular de bambú, de fácil construcción y por cuyo interior se extiende en forma de bolsa de un tejido sintético que atrapa la humedad condensada.

La torre, de nueve metros de altura y ocho de diámetro, se compone de cinco módulos diseñados paramétricamente que pueden ser ensamblados en tres días por de entre cuatro a seis personas sin necesidad de maquinaria ni de herramientas especiales, y su peso total apenas es de 40 kilos. Está construida con madera de un junco autóctono, hierro para los ensamblajes y una tela de polietileno para atrapar la niebla.

Y su funcionamiento se inspira en la manera de recoger agua del escarabajo del desierto del Namib (suroeste de África), que hace condensar la humedad en su abdomen para después hacer circular las pequeñas gotas formadas a lo largo de su espalda impermeable hacia la boca.

Interceptar la camanchaca

El diseño fue presentado por primera vez en la Bienal de Arquitectura de Venecia (Italia) de 2012. El proyecto, que se espera que empiece a funcionar el año que viene gracias al apoyo del Centro Cultural Italiano de Addis Ababa, la capital etíope, y el Instituto Etíope de Arquitectura, Construcción y Desarrollo Urbano (EIABC) de la Universidad de Addis Ababa.

El precio de una de estas torres es de menos de 400 euros, mientras que excavar un pozo y dotarlo de una bomba extractora, que además necesita de una fuente de energía, precisa de una inversión de no menos de 10.000 euros. Para su transporte bastan dos asnos, y está dotada de una placa solar que acumula energía para su iluminación.

Además de proveer de agua de forma limpia, sencilla y barata, las Warka Water evitarán los largos trayectos hasta los ríos o los pozos de mujeres y niños, en los que se juegan su integridad física, y les permitirá liberar un tiempo que podrán invertir en otras tareas y en mejorar su formación, lo que redundará en el progreso de sus comunidades.

El captador NRP 3.0 es el dispositivo más avanzado del mundo en este ámbito

El proyecto pionero en este ámbito surgió hace décadas en el desierto de Atacama, en el norte de Chile, considerado el más árido del mundo. Los atrapa-nieblas extendidos en el litoral interceptan la camanchaca, que los expertos llaman niebla de advección, el aire cargado de humedad que los vientos del oeste traen desde el océano Pacífico.

El diseño, fruto del ingenio de un físico y matemático chileno, Carlos Espinosa, es más que simple: dos postes de madera de eucalipto de seis metros de altura entre los cuales se extiende una malla de invernadero de polietileno en la que se forman las gotas, que son derivadas hacia un canal que las conduce a una cañería. Espinosa ideó y patentó el artilugio ya a finales de los años 60. Después, donó los derechos a la Universidad Católica del Norte y autorizó la difusión gratuita de la idea a través de la Unesco.

Pero tal vez el dispositivo más avanzado del mundo en su género es el captador NRP 3.0 desarrollado por la empresa española Agua de Niebla de Canarias. Dispone de una enorme superficie captadora de 56 metros cuadrados ocupando tan sólo 1,6 metros cuadrados, lo que reduce en un 90% el terreno ocupado y minimiza su impacto visual. Y lo más importante, es capaz de generar 1.074 litros de agua al día.