Europa ha dado un importante paso en favor de una pesca más respetuosa con el medio ambiente. El Parlamento Europeo aprobó, con 502 votos a favor, 137 en contra y 27 abstenciones, un informe en el que se denuncian los descartes y se insta a su erradicación. La nueva normativa debería entrar en vigor en 2014, aunque le queda un largo camino por recorrer antes de ser consensuada por el Parlamento con la Comisión Europea y los 27 estados miembros.

La prohibición de los descartes permitiría evitar que los pesqueros sigan echando por la borda las miles y miles de toneladas de pescado atrapado por sus artes que carecen para ellos de interés comercial. Los grupos que trabajan en contra de la sobrepesca calculan que suponen hasta un 25% del total de las capturas, lo que significa una enorme sangría económica y ambiental.

Según estudios de Greenpeace, los descartes de los pesqueros de arrastre, las artes más dañinas para el medio, pueden alcanzar hasta el 40% cuando se faena en busca de merluza o rape, pero incluso llegar al 90% durante la pesca del langostino. Todavía menos selectiva es la técnica empleada por los grandes arrastreros pelágicos, barcos de más de 100 metros de eslora que pescan en aguas muy profundas succionando indiscriminadamente con enormes mangueras todo lo que se pone a su alcance.

De aprobarse definitivamente las propuestas del informe, que llegó al pleno tras 20 meses de intenso debate, los barcos europeos estarían obligados a empezar a descargar en el puerto desde el año que viene todo lo que hayan arrastrado sus redes, de acuerdo con un calendario a definir que, con plazos distintos para cada especie, acabaría englobándolas a todas para 2020, fecha para la que la UE espera recuperar sus ecosistemas marinos.

La votación fue recibida con alborozo por los colectivos científicos y ecologistas que abogaban desde hace tiempo por la prohibición de los descartes. Roberto Ferrigno, coordinador de Política Pesquera del WWF, dijo: "Los océanos, los peces y todos aquellos que pescan de forma sostenible han ganado la mitad de la batalla". Oceana calificó la decisión como "histórica" y cree que "asegurará la recuperación de los stocks pesqueros".

El sector de los armadores, por el contrario, la criticó con dureza. "Si éste va a ser el resultado de la política pesquera común, los pescadores van a estar en peligro de extinción", manifestó el presidente de la patronal Europêche, Javier Garat. La redactora del informe, la socialdemócrata alemana Ulrike Rodust, discrepa y mantiene que las medidas podrían permitir recuperarse a los caladeros para 2020 y con ello "aumentar las capturas en 15 millones de toneladas y crear 37.000 puestos de trabajo".

El documento propone también apoyar los sistemas tradicionales de pesca e impulsar una acuicultura sostenible como formas de acabar con la sobreexplotación que amenaza con extinguir el 80% de las especies del Mediterráneo y el 47% de las del Atlántico.