España es, junto con Portugal, el país europeo con mayor diversidad de aves y, desde hace muchas décadas, el destino preferido de los ornitólogos del viejo continente. "Si quieres ver avutardas, por ejemplo, o vienes aquí o tienes que ir a las estepas de Rusia o Ucrania", explica Marcelino Cardalliaguet, delegado de la Sociedad Española de Ornitología (SEO Birdlife) en Extremadura.

La Península Ibérica acoge casi la mitad de la población mundial de este animal de hasta 11 kilos, de porte majestuoso y habituado a vivir en las llamadas pseudoestepas, terrenos abiertos de pastoreo extensivo y cultivos de cereal. "La elección, para muchos aficionados al birding ingleses y escandinavos, está muy clara", añade Cardalliaguet.

El birding o birdwatching (de bird, que en inglés significa pájaro, y watch, observar) es la costumbre, de origen anglosajón, de contemplar aves en sus hábitats originales, generalmente ecosistemas protegidos, donde la natura despliega toda su grandeza.

La Royal Society for the Protection of Birds, homóloga inglesa de la Sociedad Española de Ornitología, cuenta con casi 1.100.000 socios, frente a los apenas 8.000 miembros de la organización hispana. La entidad británica gestiona directamente 152 reservas para aves, que ocupan una superficie de 102.000 hectáreas y por las que pasan, cada año, más de un millón de visitantes, de los cuales el 63% son socios.

No es de extrañar pues, que sean anglicismos los que dan nombre a esta actividad, que en nuestro país empieza a alzar el vuelo y se vislumbra como una modalidad turística con un enorme potencial, muy ligada a la dinamización del medio rural.

Extremadura, destino consolidado

"Para los ingleses, Extremadura siempre fue un destino ornitológico de referencia", afirma el delegado de la SEO-Birdlife en esta comunidad autónoma. "Hay registrados viajes de naturalistas y ornitólogos desde finales del siglo XIX", destaca.

El 30% de los visitantes que llegan a Extremadura para conocer sus pájaros proceden del Reino Unido

Las expediciones continuaron a lo largo del siglo pasado y, en décadas recientes, algunos de estos aficionados británicos comenzaron a instalarse en nuestro país. Ellos crearon las primeras infraestructuras para atender a quienes comparten su misma pasión por los pájaros y no dudan en desplazarse a donde haga falta para contemplar la mayor colonia de buitres negros de Europa o para ser testigos de la llegada invernal de las grullas. "El 80% de estas aves vienen a pasar la estación fría a España y, sobre todo, al Parque Nacional de Monfragüe, donde pueden llegar a juntarse entre 70.000 y 80.000 ejemplares", apunta Cardalliaguet.

"Es innegable que Extremadura ha experimentado un notable crecimiento en el número de alojamientos y de empresas vinculadas al turismo de naturaleza para atender a estos clientes. Y no sólo alrededor de Monfragüe, también en las sierras del Norte, en las Hurdes, la Vera, etc.", añade.

En 2005, las provincias de Cáceres y Badajoz disponían en total de 2.769 plazas de turismo rural. Desde entonces, se han incrementado en un 127%, hasta alcanzar las 6.277 camas en 2012, según el Instituto Nacional de Estadística.

El 30% de los extranjeros que visitan esta comunidad para conocer sus pájaros proceden del Reino Unido, según el Estudio de Demanda Real de Turismo Ornitólogico en Extremadura encargado por el Gobierno regional. Les siguen los holandeses, que rozan el 25%. Alemania, Bélgica y Francia aportan en su conjunto una cuarta parte de los turistas llegados del resto del mundo.

"Son aficionados extranjeros, con muchos años de experiencia, quienes hoy reciben a estos turistas especializados, que saben muy bien lo que quieren ver", señala Cristina Sánchez, delegada de la SEO-Birdlife en Cataluña.

"Ese sector ya está cubierto y es muy difícil entrar en él", asegura. "Sin embargo, se trata de un segmento minoritario. Hay todo un mercado de turistas nacionales y extranjeros a los que atraer, proponiéndoles la observación de aves como una actividad complementaria en sus vacaciones".

Más de 400 especies

Además de Extremadura, otras comunidades que en los últimos años han hecho grandes esfuerzos por promocionar el turismo ornitológico, muy ligado a la conservación de espacios protegidos, son Navarra, Cataluña y Andalucía.

"Hay que apostar por un turismo ornitológico sostenible", señala la portavoz de SEO Birdlife

Según la SEO, el potencial del territorio español para convertirse en un receptor de primer orden de turistas hambrientos del espectáculo de las aves es indudable. En nuestro país viven o pasan buena parte del año más de 400 especies, muchas de ellas endémicas.

Para algunas, como las avutardas o el buite negro, la península todavía es su más preciado paraíso. El quebrantahuesos ha tomado las estribaciones de los Pirineos como su zona de campeo particular, con la sierra oscense de Guara como su principal bastión, y el águila imperial ha hecho de las dehesas de Andalucía, Extremadura y Castilla la Mancha sus principales reductos. Otras muchas especies tienen en estas tierras parada obligada durante sus desplazamientos migratorios desde el norte de Europa hacia el sur de España y Francia.

"Hay que apostar por un turismo ornitológico sostenible y respetuoso con la naturaleza. Necesitamos diseñar una oferta en la que esta actividad vaya de la mano de otras propuestas de senderismo, gastronomía, enología, etc.", señala la portavoz de SEO Birdlife.

El nuevo turista

Según una encuesta elaborada por esta entidad, el perfil de este tipo de visitantes se corresponde con el de hombres y mujeres de entre 30 y 50 años, con un nivel de ingresos medio alto, con estudios superiores y que viajan, no para observar unas especies concretas, sino para conocer la biodiversidad de una zona y disfrutar de sus paisajes.

"Se trata de un público mucho más asequible para los guías, pero también muy exigente", matiza la delegada de SEO en Cataluña, quien destaca el hecho de que "piden coherencia a los profesionales que le atienden, que demuestren que la naturaleza les importa".

Según la misma fuente, la práctica totalidad de quienes les visitan para avistar pájaros utilizan la web para preparar su viaje. "Si quieres que cuenten contigo es imprescindible estar en Internet, ofreciendo la máxima información en cuanto a precios", añade.

Por ello, la sociedad conservacionista prepara el lanzamiento de un portal digital donde se unificará toda la información disponible sobre turismo ornitológico en España: centros de información, propuestas de rutas, especies que se pueden ver en cada época del año, directorio de guías, etc.

Impactos negativos

Además de la dispersión y la insuficiente presencia en línea de los servicios profesionales relacionados con el sector, Sánchez apunta otro de sus grandes escollos: "Sólo el experto conoce la riqueza en biodiversidad de aves que tenemos. Para ganarnos al resto, necesitamos unirnos", asegura.

"Los pájaros no entienden de fronteras ni de límites autonómicos. Cuando un norteamericano viene a ver aves, no quiere pasar una semana entera en el Delta del Ebro, sino visitar varios ecosistemas. Así que si pretendemos posicionarnos en el mercado global, necesitamos una oferta más amplia y genérica, que permita divulgar los valores de toda España y no de una sola zona".

Según la portavoz, "la bondad del turismo ornitológico como actividad que valora la biodiversidad y la conservación del medio no debe hacernos olvidar los peligros que conlleva, asociados a la generación de impactos negativos sobre el entorno".

Promover una mayor sensibilidad entre los habitantes de las zonas rurales y formar a los responsables de establecimientos hoteleros y técnicos, guías de naturaleza y gestores de las administraciones son algunos de los objetivos que persigue Iberaves, el programa formativo online diseñado por SEO en el que ya han participado 1.600 personas.

También en la ciudad

Pero quizás la mejor manera de actuar en este terreno sea estimulando la conexión con la naturaleza desde la infancia. Aver Aves es una iniciativa de educación ambiental urbana que persigue precisamente esa meta: concienciar a los más pequeños sobre el valor de la vida que habita los parques y jardines de la ciudad, aprendiendo a identificar los pájaros que viven en ellos.

La propuesta está impulsada por el periodista medioambiental Javier Rico y de momento sólo se desarrolla en la Comunidad de Madrid. El parque del Retiro ha sido el escenario de la primera ruta programada, en la que participaron 14 alumnos y alumnas del colegio público Nuestra Señora de la Almudena.

Gorriones, ocas, patos, cisnes, pavos reales, palomas domésticas y torcaces, urracas, ánades azulones, mirlos, cotorras argentinas, lavanderas blancas, mitos, carboneros, herrerillos, petirrojos, mosquiteros, agateadores y pinzones... Hasta 20 especies distintas fueron descubiertas por los niños y niñas en su primera incursión exploradora.

"Además de la educación ambiental, una parte importante de la propuesta es enseñar a los chavales otro tipo de ocio, para que cuando salgan al campo puedan disfrutar aún más de los paseos y de la naturaleza", señala Javier Rico. "Les animamos a que de mayores continúen con esa afición, para la que sólo necesitas unos prismáticos, un cuaderno y una guía de aves".

"Intentamos derribar la idea, totalmente errónea, de que es mejor esperar a la primavera para salir a avistar pájaros", añade Rico. "Es ahora, con el frío, cuando muchas especies que suelen vivir en bosques, sierras o cauces de río se trasladan a las zonas verdes urbanas y se dejan ver".

Los parques del Cerro del Tío Pío y Azorín en Vallecas, Cuña Verde y Parque Aluche en La Latina, Lineal del Arroyo Butarque en Leganés y Las Cruces y Pinar de San José en Carabanchel son otros pulmones urbanos que recibirán próximamente la visita de escolares dispuestos a conocer a sus moradores con plumas. Sus padres y profesores han pedido ya unirse a la fiesta.