Cabrils es la localidad española que mejor ha gestionado sus residuos en los últimos años. Entre 2003 y 2011, los vecinos de este municipio del prelitoral barcelonés pasaron de separar adecuadamente tan sólo un 6% (lo que condenaba al 94% restante a la incineración) a depositar en los contenedores o puntos de recogida apropiados el 68% del total.

Por ello, la población, situada a 27 kilómetros al noreste de Barcelona, y que en 2008 tenía la segunda renta per cápita más alta de Cataluña (con 28.300 euros), fue distinguida en 2012 con el Premio Ciudad Sostenible, que concede la Fundación Fórum Ambiental con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

Según sus bases, estos galardones se otorgan a los municipios de más de 5.000 habitantes y entes supramunicipales españoles "en los que se hayan ejecutado satisfactoriamente actuaciones dirigidas a la sostenibilidad durante un periodo de dos años de duración y que presenten evidencias de la existencia de un compromiso político con el desarrollo sostenible".

La clave es acercar los puntos de recogida e incrementar la frecuencia de vaciado

"Creemos que Cabrils es un municipio a tener en cuenta en lo que hace referencia a la recogida selectiva", afirma la alcaldesa, Lina Morales. Pero, ¿cómo se ha conseguido un cambio tan rotundo de los hábitos ciudadanos eneste término municipal de 7.140 habitantes que vive en gran medida de turismo veraniego de segundas residencias?

Según los encargados del área, la clave es acercar los puntos de recogida a los vecinos e incrementar al máximo la frecuencia de vaciado de los mismos. Los contenedores bien cuidados tienen un factor motivador. Por el contrario, los que están sucios y a rebosar ahuyentan a los usuarios. "Se lo hemos puesto fácil a la gente, y la población ha respondido muy bien", diagnostica Anna Vilalta, aparejadora y responsable de los servicios municipales.

"En 2003 empezamos a implantar la recogida selectiva de materia orgánica, porque la legislación nos obligaba a reducir en un 50% el volumen de residuos que se llevaban a incinerar", expone. El municipio tenía en aquel momento unos 6.000 habitantes empadronados, aunque la población real en verano era sensiblemente mayor.

La importancia de la escuela

El Ayuntamiento puso en marcha una campaña de educación en las escuelas, de charlas a los vecinos (permanentes o estacionales), de reparto de material informativo (un díptico, 200 carteles, seis grandes pancartas) y de cubos para la materia orgánica casa por casa.

Se distribuyeron 2.500 cubos en otros tantos domicilios y se facilitaron contenedores de 120 litros a una cuarentena de empresas generadoras de grandes volúmenes en el núcleo urbano, como los restaurantes, y en los polígonos industriales (que tienen su propio sistema de recogida). Todas fueron visitadas por técnicos municipales. "Y la campaña tuvo muy buena acogida", recuerda Vilalta.

Cabrils participa en el programa de escuelas verdes de la administración catalana

Se hizo especial hincapié en el trabajo en las escuelas. Cabrils participa en el programa de escuelas verdes de la administración catalana, en el que los centros adheridos se comprometen a la sensibilización permanente de la comunidad educativa y a poner en marcha acciones para mejorar el entorno.

Con frecuencia, los niños se convierten en los grandes agentes concienciadores de sus familias. "En Cabrils tenemos una población muy joven, y si quieres que algo así cale, tiene que ser a través de las escuelas", asegura Vilalta.

Un año más tarde, se realizó una encuesta ciudadana sobre la puesta en marcha del nuevo sistema en la que, de 129 cuestionarios recibidos, 71 la valoraron como muy positiva, 43 la vieron positiva, hubo nueve que la dejaron en regular, sólo para cuatro era negativa y únicamente para otras dos, muy negativa.

Al año del inicio de la recogida selectiva, el volumen de materia orgánica recogida había crecido un 47% y el porcentaje de elementos impropios en la misma era del 10,9% del total, lo que acreditó la efectividad de la información sobre la separación correcta a una población que hasta entonces no la llevaba a cabo.

La recogida de papel y cartón, envases y vidrio la gestionaba por entonces el Consejo Comarcal, organismo supramunicipal con que cuentan las 41 comarcas catalanas. Cabrils disponía de una treintena de islasde contenedores en no todas las cuales se podían encontrar siempre a la vez el azul, el amarillo y el verde.

El problema de las urbanizaciones

Muchas de las numerosas urbanizaciones –una veintena en los apenas siete kilómetros cuadrados del término– quedaban alejadas de estos puntos de recogida selectiva. El resultado era que la mayoría de sus residuos acababan en los contenedores de rechazo.

En 2005, el Ayuntamiento decidió asumir esta parcela de forma directa. Para ello, suscribió acuerdos con Ecovidrio y Ecoembes, las sociedades sin ánimo de lucro que se encargan de la recogida selectiva devidrio y envases en España.

Se convocaron concursos para la compra de nuevos contenedores y para adjudicar el transporte de los residuos y se crearon 80 puntos de recogida, ahora sí completos. Casi el triple de los que había antes.

En los años locos de la burbuja inmobiliaria las urbanizaciones no dejaron de crecer

"Con contenedores más cerca y una recogida más frecuente, tres veces por semana el papel y dos veces el vidrio, las islas se veían más limpias. Y si la gente ve un lugar limpio lo respeta más", explica la aparejadora municipal.

En los años locos de la burbuja inmobiliaria, las urbanizaciones no dejaron de crecer, y como consecuencia también lo hizo el volumen total de residuos, pero el porcentaje de recogida selectiva tampoco cesó de aumentar, y el de residuos per cápita se mantuvo. En 2004 se gestionaron en Cabrils 4.799.285 kilos de residuos, con un 51% de ellos de rechazo. En 2010 fueron 5.999.430 kilos, y el rechazo había descendido al 38%.

De forma mancomunada con los vecinos municipios de Vilassar de Mar y Cabrera de Mar, se puso en marcha el centro de recogida selectiva del Camí del Mig, que cuenta con espacios adecuados para depositar todo tipo de materiales. "La gente la usa mucho. Hay bonificaciones en las tasas para las personas que van más a menudo, y vendemos los residuos a Ecoembes y Ecovidrio, así que cuanto más recogemos, más cobramos", destaca la responsable.

Este punto verde gestiona gran cantidad de restos de poda y pinaza procedente de las urbanizaciones, que antes desbordaban los contenedores de las calles. Además, circula por el municipio un punto verde móvil, una empresa recoge el aceite usado en los restaurantes y también se realiza la recogida de pilas en algunos establecimientos comerciales.

Los últimos datos comparativos disponibles, que permiten contrastar las cifras de 2008 a 2010, indican un aumento del volumen recogido en la desechería del 97,58%, de los residuos voluminosos del 28,13%, un 21,48% más de materia orgánica, y un 13,43% más de los envases. El rechazo también creció en volumen un 2,41%. Y experimentaron cifras menores el papel (un 11,95% menos en 2010) y el vidrio (un 3,72% menos). Los vecinos de Cabrils mantienen el compromiso con la recogida selectiva.